Cumplieron un mes de actividades, las mujeres cabeza de hogar que apoyan tareas de mejoramiento de la movilidad en una ciudad que se resiste a aceptar y adoptar buenas costumbres.

El programa es piloto a nivel nacional y pese a algunas críticas relacionadas con su escogencia, las señoras tratan de cumplir su encargo con buenos modales puesto que con un pito y una sugerencia al conductor, se ha podido evidenciar mejora en algunos puntos críticos del centro de Cúcuta.

Infortunadamente, en todos los planes y programas aparecen los expertos en violar las normas de tránsito e irrespetar a quien les lleve la contraria, incluidos algunos conductores de funcionarios que amparados por la investidura de sus jefes, estacionan los vehículos de placa oficial en lugares donde el flujo vehicular es más crítico. A los dos, debo recordarles que no existe norma alguna que permita dicha irregularidad; por el contrario, se constituye en una infracción de tránsito para el primero y en pésimo ejemplo del servidor público hacia la ciudadanía en general.

También existe el grupo de desadaptados conductores de motocicleta, que ignoran por completo las recomendaciones que hacen dichas colaboradoras, las cuales se convierten en blanco de ofensas con frases de alto calibre, insultando además a quien les critique sus abusivos comportamientos, algo que debe corregirse por medio de sanciones aplicables oportunamente.

El programa funciona pero falta el acompañamiento policivo, toda vez que es perfectamente viable que exista vigilancia oportuna, constituyendo un “plan padrino” compuesto por la autoridad de tránsito motorizada que aplique la norma de manera inmediata, logrando que el abuso le cueste varios miles de pesos al irrespetuoso infractor.

Es importante señalar que el grupo operativo de tránsito, cuyo responsable está en cabeza de nuestra muy querida Policía Nacional, es insuficiente pero no es excusa para desconectarse de la regulación del tránsito, habida cuenta que las señoras están para apoyar y no para aplicar la ley.

De igual manera, es necesario que finalizado el bimestre de actividades, se realice una evaluación del ejercicio, teniendo en cuenta todas las inquietudes que puedan recogerse de las experiencias del grupo femenino de apoyo a la movilidad de la ciudad, la cual permitirá conocer de fuente primaria el comportamiento de nuestros ciudadanos y a la vez, será un insumo para las estrategias a seguir en el corto y mediano plazo, aunque sin ser pesimista estoy seguro que así se apliquen todas medidas en pro de mejorar la cultura vial, siempre encontraremos los mismos con las mismas.