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Columnistas
Palabra de paz
Los amantes del silencio creemos cada vez más en la moderación de la palabra.
Domingo, 6 de Marzo de 2016

Aquella vieja noción de la semántica -significado de las palabras-, junto con las añejas virtudes de la prudencia y la elegancia, se perdieron en un mal contexto de modernidad y el cambio de escenarios de las letras ha originado una gran confusión en los conceptos, porque se cortó el cordón de la nobleza al hablar y ahora la opción es dominar a toda costa.

Los amantes del silencio creemos cada vez más en la moderación de la palabra, más en esta era absolutamente entregada a la falta de respeto. Porque el lenguaje es símbolo de humanismo y nos determina a ser un poco más que los animales; sin embargo, ellos se comunican con madurez.

Cada palabra debe tratar de sanar, de recuperar algo, de coincidir en la limpieza de los genes groseros, ser mensajera del espíritu de la vida y aportar el poder que tiene ese don mayor que sólo tiene la humanidad.

Pero así como es inmensa su misión de comunicar, está en manos de instrumentos tan pequeños como la lengua y los dedos, para hablar y escribir, mal usados por los ignorantes (La ignorancia malsana encuentra su mejor escondite en la palabra violenta).

En lugar de la contaminación generada por los excesos en la palabra, debe pensarse en ella como la gestora del mejor decir de la paz: lástima que en estos tiempos se haya convertido en el gran recurso del odio.

El complemento buscado es peor: la agresividad. Se cree que la convicción parte de la manipulación de los estados inferiores, de presionar la necesidad de las personas para acometer grandes exabruptos contra su dignidad.

La paz requiere del cambio en la manera de comunicarse, con una palabra bendita de humanismo y, de no ser posible, con el supremo silencio que no deja equivocarse.

¿Es posible? Creo que por ahora no; lo que sí se puede es reiniciar un modelo de humanismo que procure la articulación de esto que se llama convivencia, en un armonioso contexto, para que se sublime la palabra y sea cada vez más pura.

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