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Políticas de Estado y de gobierno
El acercamiento es válido pero debió exigírsele más a los cubanos.
Martes, 20 de Junio de 2017

La última decisión del presidente Donald Trump de enfriar o aniquilar -porque no se sabe con certeza aún- lo adelantado por el expresidente Barack Obama respecto de Cuba, indudablemente es un retroceso inimaginable.

Aunque había aludido en su campaña presidencial que daría reversa a todo lo adelantado por Obama, quien tomó las previsiones necesarias para darle estabilidad y duración a al acuerdo cubanoamericano, no deja de sorprender que efectivamente lo haya llevado a cabo porque esa enemistad política ya no tiene sentido, la Guerra Fría es cosa del pasado, y visto esto desde los dos sentidos expresados se ve como algo anacrónico.

Lo correcto hubiera sido lo que desde un principio se dijo: el acercamiento es válido pero debió exigírsele más a los cubanos, así sea gradualmente, por ejemplo, en materia de derechos humanos, elecciones libres, libertad de expresión y libertad de presos políticos, máxime cuando es un gobierno que con el colapso de Venezuela ahora no tiene a quien succionar. Esa era la oportunidad que había que aprovechar para exigirle al gobierno cubano el retorno a la democracia plena y real, y no puramente formal y de elecciones amañadas.

Este suceso de los últimos días con el imprevisible Donald Trump nos lleva a reflexionar en el sentido que una cosa son las políticas de Estado -como la del combate a las drogas, que la aplicaron milimétricamente todos los gobiernos americanos desde Richard Nixon- y otra cosa muy diferente son las políticas de gobierno que, como vemos, son endebles, vulnerables y su vocación de permanencia es únicamente por el periodo de cada gobernante.

¿Por qué tanta condescendencia del expresidente Barack Obama en su acercamiento con Cuba? Algo que pudo influir es que, recordemos, desde el principio de su administración se habló de las ideas socialistas del expresidente afroamericano y las páginas de internet relacionadas están pletóricas de esta presunción. ¿Por qué Donald Trump ahora elimina puntos sensibles de lo acordado por Obama en la recta final de su gobierno? Porque la Pequeña Habana, el epicentro del exilio anticastrista en Miami, fue fundamental en su elección como presidente el año pasado.

Bien, de todas maneras el presidente Donald Trump, así haya adelantado en su campaña muchas cosas que haría en su gobierno, sigue siendo un gobernante impredecible, y las tales órdenes ejecutivas (decretos) parecen un juguete en sus manos. 

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