Estudiando a Lamartine, uno podría para cada personaje del periodo revolucionario francés de 1792 encontrar equivalentes a nuestra actual situación colombiana de incertidumbres y contradicciones políticas.
Y por ejemplo imaginar los efectos de esta revolución de la paz y el posconflicto entre los protagonistas del Santismo o del gobierno de la unidad nacional, enfrentados al partido político de las Farc.
Algo así como los Girondinos o los burguesitos de la Gironda, santistas de la derecha y los radicales fanáticos e intransigentes Jacobinos a la Izquierda y parte alta de la Convención Nacional denominados los de la montaña, los de la Farc.
Los Girondinos, como el Santismo que viene de tres años de poder y negociación, que al decir del historiador Francés, era entonces un partido que representaba la elocuencia e idealismo, el impulso juvenil y las aspiraciones nobles. Y Los Jacobinos, con el populacho de Marat, inculto e incontenible, violento y vengativo, resentido y arbitrario.
Revolución que al inicio en 1789 la aclamaron en toda Francia. Que fue realmente una sucesión de revoluciones. Pasaron cuatro años con cambios radicales: dos cámaras, la constituyente y la asamblea legislativa, donde los héroes de un día, pasaban a ser los malditos al día siguiente, la monarquía aniquilada por el populacho de Marat que asaltó las Tullerias el 10 de agosto de 1789 y cinco meses después ejecutaron al Rey Luis XVI.
Los Girondinos se chocaron con tal anarquía y decretaron tarde el arresto de Marat, que fue absuelto por la justicia revolucionaria (no era transicional) y volvió triunfante a la asamblea. Fue el terrible 2 de Junio de 1993 con el que se inició el régimen del Terror. Ese día, Marat destapó el juego, con sus rasgos contraídos y desorbitados sus ojos, era realmente el enemigo número uno de los Girondinos y con Hanriot, su General de bolsillo, un borracho consumado entro con el populacho y arresto a 22 de los girondinos, conducidos y presos en su domicilio y cuatro meses después condenados a muerte.
No estoy afirmando que Santos sea como Luis XVI, ni que Timochenko sea como Marat, ni que Gabino pueda ser como Robespierre, ni que Granda sea como Hanriot, ni que Jesús Santrichh sea Jacques Roux, ni que Iván Márquez sea René Herbert, ni que Simón Trinidad sea Camille Desmoulins, ni que Joaquín Gómez sea Danton del club de la izquierda o la montaña. Ni que Roy Barreras del partido del gobierno sea como Gerome Pètion de Villeneuve, que pasaba de la montaña a la Gironda sin inmutarse y acabó colgándose en ella, ni que Cristo Bustos sea como Jacques Pierre Brissot el líder Girondino de la derecha, ni que Gaviria sea como Jean Marie Roland de la Platiere, jacobino al comienzo, que hecho ministro por la Gironda se quedó en ella.
El significado Histórico del relato, es que a todos: Girondinos y Jacobinos, se los tragó la revolución, en la incomodidad tajante de la guillotina y que todos perdieron, porque todos se incumplieron.
El fracaso de la Revolución Francesa con todos sus errores y horrores, es que pretendió derrocar un poder absoluto y logró otro más opresivo, en manos de un solo hombre con la creación del imperio napoleónico que sometió a media Europa y… no hubo paz.
Adenda: Otra dosis de discreción, serenidad, estudio, transparencia y servicio para el Honorable Concejo Municipal de Cúcuta y superarán su medianía.
