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Una mirada antigua
Algún día, cuando el alma se nutra de infinito y se deje conducir a los límites de lo universal, la sonrisa del cielo nos dejará entrar en su transparencia.
Domingo, 25 de Junio de 2017

Con el ánimo alerta por un quizá, de esos que se presentan de improviso, sin un lamento por nada, con la forma que toma el aire en cualquier recinto, uno debe aceptar lo que la vida le va dando: porque el destino tiene tacto, no tiene palabras, ni escribe, sólo demuestra y enseña a ajustar la ruta a cada quien. 

Las cosas que han pasado van siendo decantadas y, la mayoría, dejan de  tener importancia, porque el ajuste del tiempo las va haciendo retractar de su propósito inicial: incluso el amor, o las decepciones y felicidades que un día fueron avasallantes, ahora son un recuerdo distinto de ese bazar de los años.

Es la perfección de la curva de una edad donde se juntan los sueños, la cordura, y la emoción, que lleva en vilo al corazón hacia una mirada antigua. No es una manera de conformismo, sino una sumisión agradecida. 

Algún día, cuando el alma se nutra de infinito y se deje conducir a los límites de lo universal, la sonrisa del cielo nos dejará entrar en su transparencia: se iluminarán los puntos ciegos que estaban escondidos, aparecerán intentos más espirituales de comprender que uno andaba equivocado pero que, aquello, era imprescindible para acometer la dura batalla por la dignidad.

Entonces uno concluye que debe irse despojando de sus miserias humanas, para ir más allá, a la eternidad, ascender hacia una liberación que le va a permitir resolver su enigma de ser vacío y actualizar su misión. 

No importa que sea tarde, pero debe girar hacia lo que se anhela, a la luz íntima, para que el azar abandone la penumbra, para reconocer la luminosidad del sol, o de la luna, y las imágenes que el destino le muestra resplandecientes, el concierto natural de las ilusiones y la verdad que estaba esperando un fundamento para abreviar la ansiedad del viajero por su sendero final. ¿Por qué debe inquietarse uno por lo que aguarda?...

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