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Mantener la fe en la paz
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU es el hecho más importante para seguir creyendo.
Miércoles, 22 de Julio de 2015

La política internacional le entregó al proceso de paz colombiano dos hechos que crean un ambiente muy favorable para seguir creyendo que es posible alcanzar un acuerdo definitivo entre el Estado colombiano y las Farc.

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos es el más importante y el más cercano de esos dos hechos. El segundo, aunque más distante y poco familiar para los colombianos, es más aleccionador: el acuerdo entre las siete grandes potencias nucleares e Irán.

Desde 1979 Irán está controlada por un partido clerical conservador. Desde entonces ha promovido grupos armados en Oriente Medio afines al Islám Chiita, la religión oficial del régimen iraní. En el Líbano, Yemén e Iraq y en dondequiera que existan minorías o mayorías chiitas sometidas, Irán ha alentado partidos o grupos armados, siempre en contra de Israel, Estados Unidos y sus aliados árabes sunitas.

La supuesta intención iraní de hacerse a armas atómicas suscitó un bloqueo económico que ha lastrado su economía tanto como entre nosotros la guerra entre el Estado, las guerrillas y los paramilitares.

El acuerdo alcanzado entre Irán y los países occidentales más Rusia y China, ha hecho temer a todo el islam sunita que esa nación, desencadenada de los grilletes de las sanciones que limitan su crecimiento económico, en los años venideros comience a crecer y al cabo de poco tiempo cree un desequilibrio político en favor del Islam Chiita. 

Eso es previsible porque Irán es un país con gran territorio, grandes recursos naturales y una población numerosa y educada, que en medio de las limitaciones de su régimen teocrático es quizá junto con Turquía el único gran país islámico con las instituciones propias de una república democrática. 

La situación económica de Irán y sus posibilidades de crecer rápidamente una vez se libre de las sanciones económicas, en mi opinión se parecen bastante a lo que hoy pasa en Colombia y a lo que le sobrevendría al país una vez lleguemos a un acuerdo político para dejar atrás el enfrentamiento con las Farc y ojalá también con el Eln.

Más desconfianza y más animosidad belicosa alimentada por odios ancestrales y religiosos, amén de intereses políticos y económicos enormes, pudieron ser superadas después de jornadas de negociación muy largas entre Irán y las siete potencias nucleares, lo que muchos consideran el inicio de una relación menos tensa y con posibilidades de mejorar aún más entre ese país y Estados Unidos. 

Todavía restan muchos y complicados pasos para que el acuerdo se perfeccione, pero ya es un ejemplo de lo fructífera que es la paciencia a la hora de negociar posiciones que parecían insuperables.

Entre Cuba y Estados Unidos pasó lo mismo. Viejos recuerdos de la guerra fría, de intentos de invasión, de insultos recíprocos y de enfrentamientos en lugares tan variados, desde Colombia hasta Angola, pararon en un restablecimiento de los lazos diplomáticos y la reapertura de embajadas.

Son dos ejemplos de cómo conflictos más profundos que el nuestro, animados por odios mayores y con enemigos mucho más grandes de su salida negociada, pudieron superarse mediante el diálogo. Nos animan a mantener la fe en intención firme del gobierno y la subversión de seguir conversando en La Habana y mantienen nuestra esperanza en la pronta finalización de la guerra para poder comenzar a crecer.

www.pedroduranbarajas.com

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