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Cúcuta
Fundación alquiló una finca para que vivan los indigentes
Ya comenzaron los trabajos de adecuación del lugar que van a sostener con recursos propios.
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Martes, 23 de Mayo de 2017

“La solución definitiva no está en solo llevarles comida un día a la semana. Tenemos que darles una alternativa de vida”, asegura Jakeline Blanco, mientras hace trabajos de adecuación en la finca que arrendaron en El Carmen de Tonchalá.

Blanco es una de las fundadoras de Villadiegos y sus Paticas, una fundación que trabaja por los indigentes y los animales abandonados. Desde hace un año, junto a cinco amigos más, decidió dejar de criticar la indiferencia que hay hacia esta población y el crecimiento que ha tenido últimamente, y generar acciones de cambio real.

Los primeros días llegaron con pan y chocolate al parque Lineal. Luego pidieron víveres para hacerles un almuerzo. Así pasaron varios meses. Luego consiguieron una casa y comenzaron a llevar a los indigentes para hacerles un proceso de resocialización. 

Todo lo costeaban entre ellos, pero al no tener como pagar el arriendo, tuvieron que cerrar la sede y los procesos que llevaban se estancaron. Los indigentes volvieron a la calle.

Hace 15 días, este grupo de jóvenes abogados, sicólogos y trabajadores sociales, lograron arrendar una finca en corregimiento de El Carmen de Tonchalá, desde donde quieren que su sueño se haga realidad.

Blanco, abogada, cuenta que están en el proceso de alistamiento. “Estaba todo enmontado y lleno de basura”. La idea -dice- es poder llevar hasta la finca a la mayor cantidad de indigentes, de acuerdo a las posibilidades que vayan teniendo y darles un espacio donde poder formarse y resocializarlos.

Cuentan con un equipo de panadería, tierra para poder trabajarla y aunque tienen más ganas que plata, dicen que ya comenzaron a conformar  un grupo de voluntarios que están interesados en fortalecer el proyecto.

Buscan que la finca Villadiegos no solo sea un espacio donde coman y duerman los indigentes, sino que puedan brindarles todas las herramientas para que salgan de nuevo a la sociedad y no tengan la necesidad de volver a las calles.

“Sabemos que suena como a una utopía y más aún cuando contamos con tan pocos recursos y estamos en una ciudad donde la gente no cree en estos proyectos. A pesar de que somos una fundación legalmente constituida no nos creen”, asegura Blanco, quien dice que gastarán inicialmente dos millones de pesos al mes.

Sin embargo, dicen que el sueño ya está y ahora trabajan en materializarlo. Han contado cerca de 200 indigentes solo en parque lineal, comenzarán el proyecto con al menos 20, pero aún les falta inmobiliario para la adecuación de la sede, así como voluntarios.

Y como son un grupo de visionarios, dicen que adecuarán uno de los espacios de la finca para un albergue de animales, pues quieren que las personas que entran en proceso de recuperación tengan un animal para que sientan que es su responsabilidad cuidarlo. 

En 15 días comenzarán, luego de que ya adecuen la finca. Pero le hacen un llamado a la administración municipal y  a las empresas privadas para que colaboren, pues este tipo de proyectos benefician a toda la comunidad y contribuyen al progreso como sociedad. 

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