El holandés Tom Dumoulin (Giant) ganó ayer en la exigente Cumbre del Sol Benitachell la novena etapa de la Vuelta a España, tras la que además se vistió con el maillot rojo de líder de la carrera, desbancando al colombiano Esteban Chaves.

“Me dejé la piel defendiendo el rojo, pero esta vez las piernas no acompañaron. Queríamos defender el liderato hasta el día de descanso pero no fue posible. Hay días malos, no somos máquinas sino seres humanos”, declaró el corredor del Orica-GreenEdge.

En la general, Dumoulin aventaja a ‘Purito’ en 57 segundos, en 59 a Chaves, en 1’07” al irlandés Nicolas Roche y en 1’09” al español Alejandro Valverde, que sufrió una aparatosa caída en el transcurso de la etapa.

“Después de la caída pensaba que iba a estar mucho peor, que incluso tendría que retirarme”, admitió el corredor del Movistar, con dolores en un hombro.

Del resto de favoritos, el italiano Fabio Aru está a 1’13” del liderato y los dos primeros clasificados del pasado Tour de Francia están también a poco más de un minuto: Nairo Quintana a 1’17” y un segundo peor se encuentra Froome, ganador de la Grande Boucle en julio.

En una jornada con 168 km de recorrido y un último puerto, el Alto de Puig Llorença, de primera categoría, de solo cuatro kilómetros, pero con rampas de hasta el 19% de desnivel, el ciclista holandés se impuso en la llegada al británico Chris Froome y al español Joaquim ‘Purito’ Rodríguez.

Pese a estas diferencias y a su estado de forma actual, Dumoulin se descartó en la lucha por la Vuelta. “No sueño con ello porque es imposible”. “Vamos a subir grandes puertos, veremos cómo vamos y si no puede ser, pues no puede ser. Hoy fue mi día”, añadió el neerlandés.

Hoy se correrá la décima etapa con un recorrido de 146 km de recorrido entre Valencia y Castellón, una jornada que deber ser de transición antes del descanso, con seis puertos de montaña (uno de categoría especial, cinco de primera y uno de segunda) que debe provocar ya una selección entre los verdaderos aspirantes a la victoria en Madrid.