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Editorial
El ‘candado’ seguirá ahí
Ese cierre, como bien se explicó en un reciente informe periodístico, para exportar desde Cúcuta a Venezuela la operación se  tarda 21 horas y 30 minutos.
Sábado, 20 de Marzo de 2021

Recurrente se está volviendo el pedido para restablecer el intercambio comercial por la frontera entre Táchira y Norte de Santander. Lo cierto es que pese a tener sin utilizar una moderna infraestructura como la del puente internacional de Tienditas, a los gobiernos de Colombia y Venezuela no parece interesarle.

Por lo que se nota, es probable que pase otro largo tiempo en el que las operaciones de comercio exterior se tengan que continuar haciendo por el paso fronterizo de Paraguachón en La Guajira y el estado Zulia, como ha venido sucediendo desde que estalló la crisis que rompió las relaciones diplomáticas.

Aparte de que las posiciones políticas siguen siendo irreconciliables y que no hay contactos ni  siquiera a nivel consular, lo cierto es que no debe descartarse que la crisis sanitaria generada por la pandemia del coronavirus, sea otra barrera que conlleve a mantener herméticamente cerradas las entradas y salidas a personas, mercancías y vehículos por los puentes internacionales, más no así por las trochas.

En el aspecto sanitario hay que advertir la alarma que existe en la región por el acecho de la cepa brasileña de la COVID-19 en el estado Táchira, razón por la cual se dispusieron controles en los puentes internacionales Simón Bolívar, en La Parada, y La Unión, en Puerto Santander, donde hacen presencia permanente funcionarios del Instituto Departamental de Salud que se encargan de los procesos de tamizaje y para evaluar si por sintomatología se advierte la presencia de alguno de esos casos.

Luego esa compleja situación generada por los problemas de carácter político,  diplomático y sanitario, aunados a las amenazas que recientemente lanzara contra Cúcuta un miembro de la alta oficialidad de las Fuerzas Armadas Venezolanas, indica que seguiremos asistiendo al inusual espectáculo de la frontera más viva de América Latina con ‘candado’.

Ese cierre, como bien se explicó en un reciente informe periodístico, para exportar desde Cúcuta a Venezuela la operación se  tarda 21 horas y 30 minutos, es decir, porque  tiene que recorrer 1.168 kilómetros. Si el paso por Cúcuta estuviera abierto, ese traslado se haría en 7 horas y se recorrerían solo 420 kilómetros. 

Eso en plata también tiene sus sobrecostos y en materia de destrucción de empleos y cierre de compañías especializadas en materia de comercio exterior ha resultado evidentemente dramático: de 68 agencias aduaneras que funcionaban aquí, hoy solo operan tres. Pero además, 35 empresas que prestaban el servicio de trasporte de carga hacia el vecino país sufrieron el severo impacto bien sea cerrando o trasladándose a otra parte del país a operar, dejando de generar empleos y desencadenando que otros sectores también tengan menor actividad comercial.

Esto muestra que las diferencias radicales e irreconciliables  de los presidentes Iván Duque y Nicolás Maduro han golpeado duramente los tejidos sociales y empresariales de la frontera, al tiempo que el comercio exterior por Cúcuta se fue a pique con cifras de ceros, cuando otrora la aduana aquí movía hasta un 45% de los 2.256 millones de dólares que Colombia llegó a exportar a Venezuela en 2013. 

Claro que no  se debe dejar de insistir en que esto se reactive y se reabra, aunque el momento no es todavía el mejor y por lo pronto la opción es buscar otras alternativas y conquistar otros mercados mientras se espera que las pandemias del rompimiento político y diplomático se vayan junto con el coronavirus.

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