Pasaron 19 días para que Milena García, de 13 años, pudiera retornar a su colegio en Cúcuta. Ella es colombiana, pero vive con su familia en el vecino municipio de Ureña.
Graciela Mejía, madre de esta estudiante de noveno del colegio Club de Leones, justifica el retorno de Milena a las aulas en Cúcuta por dos razones: el calendario académico y la calidad de la educación.
Explicó que mientras en Ureña y San Antonio se cumple un calendario con final de clases a mitad de año, en Cúcuta ocurre en noviembre.
“Pero mucho mejor que esto, es el nivel académico de Cúcuta frente al que se ofrece en Venezuela”, dice Mejía.
Sus hijos son colombianos, pero viven con ella en Ureña. Recuerda que para la primaria los matriculó en colegios allí, y cuando los trasladó a Cúcuta para el bachillerato debió matricularlos en quinto elemental. “El nivel que traían era muy bajo”, explicó.
José Emilio Duarte, estudiante de cuarto primaria del colegio Pérez Escalante, es venezolano pero no le gustan los colegios de Ureña.
“Son mejores las clases en Cúcuta”, afirma.
Andrea Hernández, de 10 grado del colegio Misael Pastrana, confesó que siendo venezolana estudia en Cúcuta “porque es mejor la educación que se recibe aquí”.
Cuando hice primaria en Ureña las clases eran aburridoras y los profesores no hacían otra cosa que ponernos a hacer carteleras, mientras que aquí en Cúcuta uno interactúa más con los profesores y con los demás compañeros. “Hay más alternativas en la enseñanza que le ayudan a uno a aprender mejor las cosas”, dijo Hernández.
Carlos Julio López, 21 años, estudiante de la Fundación de Estudios Superiores (FES), de Ureña, admitió que allí no hay suficientes alternativas para prepararse en estudios universitarios, por ello está en Cúcuta.
Al igual que los mil 215 estudiantes de primaria y secundaria que retornaron a sus aulas en Cúcuta, resistió los 19 días sin poder cruzar la frontera por el cierre.
La apertura del corredor humanitario era necesaria para los estudiantes, dijo López.
El alcalde de Ureña, Alejandro García, señaló que el corredor humanitario se mantendrá abierto por orden del general Carlos Martínez, encargado del estado de excepción en Táchira.
El oficial fue el encargado de notificar a Colombia otras medidas adoptadas en el paso fronterizo (ver recuadro).
La ministra de Educación, Gina Parody, expresó que la prioridad del Gobierno Nacional es la educación de los niños y por ello se mantendrá el apoyo para que vayan a las aulas.
La logística
Ramírez manifestó que el recibimiento de los estudiantes será apoyado en la presente semana por la alcaldía y el ministerio de Educación, pero se espera que a partir de la próxima los rectores se pongan al frente de los estudiantes para coordinar su traslado a los planteles.
Ayer, la logística destacada para el transporte de los escolares necesitó cerca de 30 automotores entre busetas y microbuses, así como más de 30 personas de la secretaría de Educación y otros despachos de la Alcaldía.
Las nuevas medidas
Dos nuevos corredores se abrieron ayer en los pasos fronterizos que unen a Colombia con Venezuela para permitir el paso de trabajadores a ambos lados y el de automotores que quedaron tanto en Cúcuta como en San Antonio y Ureña, tras el cierre de la frontera el pasado 19 de agosto.
El general a cargo del estado de excepción en el estado Táchira, Carlos Martínez, informó que solo por el día de ayer se iba a permitir el paso de los automotores que habían quedado a ambos lados. Son unos cien tractocamiones venezolanos y al menos 60 carros de Cúcuta.
También se empezó a normalizar desde ayer el paso de trabajadores desde Cúcuta hacia Ureña y San Antonio, y viceversa, con lo cual los dueños de fábricas y negocios pudieron rehacer sus actividades comerciales.
Este último corredor se mantendrá hasta nueva orden, señaló Martínez.
