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Norte de Santander: de Bombas de Gasolina a Estaciones de Servicio
El cierre unilateral de la frontera aumentó la demanda de combustible.
Miércoles, 28 de Diciembre de 2016

El contrabando de combustibles líquidos en el departamento está asociado a dos variables: cultural y económica.

No ha sido fácil combatirlo, sobre todo, por el diferencial de precios de venta al público que hay entre Colombia y Venezuela.

Pese a lo anterior, desde hace 7 años, con la aplicación de la Ley de Fronteras, se empezó a diseñar una estrategia que vinculó al Gobierno Nacional, el Ministerio de Minas y Energía, la Gobernación de Norte de Santander, las alcaldías y, también, los distribuidores mayoristas de combustible Exxon Mobil y Terpel, que buscase, de una vez por todas, acabar con el contrabando de combustible provenientes del vecino país que, además, ha sido generador de violencia y corrupción.

La Ley de Fronteras permite que el precio de venta al público de gasolina y diésel se redujese en promedio $2.000 por galón, en comparación con los precios del interior del país. Esto genera un alivio y hace más competitivo el precio de las estaciones de servicio del departamento frente al producto de contrabando.

Pero la situación más difícil es cambiar, de una vez por toda, la nefasta costumbre histórica de los habitantes del departamento de “pimpinear” combustible.

Las bombas había que transformarlas en estaciones de servicio modernas y que dejaran de ser ineficientes, que siempre hubiese producto en las estaciones. Que el consumidor tuviera la certeza de disponer de un producto de excelente calidad: gasolina de 87 octanos y diésel con los estándares internacionales de calidad y no contaminado por la manipulación (contrabando). A lo anterior se suma la aplicación rigurosa de las garantías que otorgan las concesionarias sobre el uso de combustible en vehículos nuevos. 

Hoy, Norte de Santander tiene 131 estaciones de servicio modernas, no bombas, con todas las adecuaciones tecnológicas, de última generación, en el expendio de combustibles.

No puede haber contrabando sin demanda; por eso, es vital el apoyo de las autoridades civiles, militares y policiales para que el esquema de distribución que se ha construido con tanto esfuerzo, sea sostenible en el tiempo y no volvamos al lamentable espectáculo de las ventas de combustibles de contrabando en las principales calles de Cúcuta y el departamento.

Disminuye el consumo

Norte de Santander tiene hoy un cupo asignado por el Ministerio de Minas y Energía de 12 millones de  galones por mes, cantidad  que suple la demanda total del departamento. Sin embargo, no se está consumiendo en su totalidad, ya que hay sectores que insisten en abastecerse con combustibles de contrabando, por ejemplo, el servicio público (taxis) y el transporte de carga (carbón en los centros de acopio del municipio del Zulia). 

En el cierre de frontera, el consumo de combustible, en los meses de agosto, septiembre y octubre de 2015, tuvo una demanda máxima de 12 millones de galones, tanto en diésel (65%) como en gasolina (35%). A la fecha (noviembre 2016), solo se están consumiendo 8,2 millones de galones:  diésel (70%) y gasolina (30%). Existen varias razones para que se dé la situación de un consumo menor comparado con el último trimestre de 2015: 

La primera: El cierre de la frontera no ha sido total, por ello el combustible de contrabando sigue entrando por las trochas, valiéndose de la colaboración de la guardia venezolana.  En los municipios de Ragonvalia y  Puerto Santander, el cierre de la frontera no afectó el ingreso de contrabando de todo tipo.

La segunda: Al lograr que en las estaciones de servicio hubiese combustible permanente, la demanda se redujo, ya que los dueños de vehículo, superaron el pánico de que los combustibles se fueran a agotar en dichas estaciones, redujeron el llenado de sus tanques a su disponibilidad de dinero, entonces, se dieron solicitudes de 5, 10 o 15 mil pesos y no tanque lleno.

La tercera:  También afectó dramáticamente la demanda de combustibles, en especial el diésel, la aparición en el mercado de contrabando del famoso “pategrillo”,  un combustible artesanal elaborado en refinerías clandestinas controladas por la guerrilla y las bandas criminales presentes en el Catatumbo. Extraen ilícitamente el crudo que es transportado por el oleoducto Caño Limón-Coveñas. Este pseudocombustible es mezclado con diésel de contrabando y ofrecido a los transportadores de carga y maquinaria agrícola, afectando notoriamente la venta legal de diésel.

Es muy difícil para la cadena de distribución de combustibles legales, y es por eso que se insiste en que en el contrabando de diésel y gasolina solo será derrotado cuando se acabe la costumbre de muchos habitantes del departamento de seguir con la cultura del contrabando, porque quedó demostrado que la variable económica no es totalmente la responsable de que persista este fenómeno en todo Norte de Santander.

Además, las finanzas del departamento y municipios se resienten cuando se consume combustible de contrabando.

Las distribuidoras mayoristas presentes en el departamento necesitan del apoyo de toda la ciudadanía para seguir sacando vendedores informales de combustibles de las calles. 

Este apoyo se debe materializar, con la compra de diésel y gasolina en las 131 estaciones de servicio legalmente reconocidas por el Ministerio de Minas y Energía, ubicadas en Norte de Santander y en Río de Oro (Cesar). Estas, ahora sí son estaciones de servicio y no bombas de gasolina.

Mario Arévalo | Gerente Coomulpinort

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