El decomiso de un paquete de marihuana que fue lanzado desde la parte exterior, a las instalaciones de la ONG Crecer en Familia, bajo la directriz del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), donde permanecen los menores de edad recluidos en Los Patios, desató un motín. Los adolescentes quemaron colchonetas y algunas oficinas en forma de protesta a la acción de los encargados de la seguridad del lugar

El hecho se inició sobre las 4:30 de la tarde del viernes, lo que produjo la alteración del orden público y hasta se promovió la fuga de al menos siete jóvenes.

Según el testimonio de la mamá de uno de los menores, recluidos en el sitio, ubicado en el barrio Portal de Los Patios, cuando un educador (persona a cargo de las labores de custodia), les decomisó la droga, fue amenazado y hasta agredido, al parecer, con un cuchillo.

“Ellos le decían que les devolvieran la marihuana, porque eso les había costado dinero, pero como el educador no quiso y corrió hacia el segundo piso, un muchacho lo apuñaló”, dijo la mujer.

Desde ese momento todo se convirtió en una escena de terror, pues un grupo de detenidos empezó a quemar colchonetas y todo lo que encontraba en el camino.

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Luego, los que iniciaron el motín rompieron los candados de las casas donde permanecen resguardados los demás internos y los motivaron a sumarse a la protesta, algunos de estos tuvieron que salir, porque el humo los estaba afectando.

Las denuncias

Según algunos familiares de los menores aprehendidos, constantemente han sido testigos de los presuntos maltratos que reciben sus seres queridos en este lugar.

“Al ver los malos tratos, conformamos un comité de mamás en defensa de los muchachos y desde ese momento, ellos no se quedan callados”, explicó una de las que lidera dicho grupo.

Aseguraron que reciben malas palabras y tratos despectivos, lo que mantiene una disputa entre ellos.

Sin embargo, también reconoció que, un grupo de adolescentes provenientes de Bucaramanga, es el que intimida a los demás internos para que apoyen los desórdenes.

“A unos que le dicen ‘Búcaros’ son los que se encargan de ese tema de la marihuana y los que imponen como el miedo ahí (…)”, aseguró otro familiar que ayer rodeaba las instalaciones del centro de reclusión.

‘Tenemos que hablar duro’

Un trabajador de este lugar desmintió que los educadores golpeen y maltraten a los internos, solo se limitó a confesar que sí les hablan en un tono fuerte, porque de lo contrario, son sometidos a múltiples insultos y hasta a amenazas.

“Acá hay de todo, están algunos respondiendo por homicidio, hurto y hasta por pertenecer a grupos ilegales. Nos toca hablar duro así nos amenacen, como ha pasado en mi caso”, explicó.

Reconoció que constantemente ingresa marihuana a las instalaciones, en algunos casos cuando se registran visitas o, en su defecto, la sustancia es lanzada desde la parte de afuera.

La intervención

En la mañana de ayer, un grupo de uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta tuvo que ingresar a las instalaciones para devolver la tranquilidad y la normalidad en el lugar.

“Un oficial de la Policía entró, habló con ellos (detenidos) y los calmó. Ahora todo volvió a la tranquilidad, pero seguiremos pendientes”, dijo una mamá de uno  de los aprehendidos al cierre de esta edición.

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