En la primera sesión de 2018, la Junta Directiva del Banco de la República decidió bajar su tasa de interés en 25 puntos básicos y la ubicó en 4,50%, con lo que suma un ajuste de 325 puntos desde que comenzó el descenso, en diciembre de 2016.
Juan José Echavarría, gerente del Emisor, dio a conocer que esta decisión se tomó, en parte, por una alta inflación en algunos sectores específicos, a pesar de que en total del IPC en el país estuvo cerca a la meta de entre 2% y 4%.
Reconoció el Banco de la República que la recuperación de la demanda interna ha sido más lenta de lo esperado, contrario a la demanda externa, hecho que llevó a que persista sensación de “debilidad de la actividad económica y la incertidumbre sobre la velocidad de su recuperación”.
Sin embargo, manifestó Echavarría que “se sigue recuperando, jalonada por las economías desarrolladas y por las principales economías emergentes”.
Entre otras aspectos que motivaron la decisión del banco de la república se encuentran las expectativas de inflación que registraron cambios leves. Las de los analistas para diciembre de 2018 y 2019 se sitúan en promedio en 3,47% y 3,33%, respectivamente. Aquellas derivadas de los papeles de deuda pública se mantienen por encima del 3%.
Adicionalmente se tuvo en consideración la depreciación del dólar frente a la mayoría de monedas y el incremento en los precios del petróleo que se sitúan en niveles superiores a los promedios registrados en los últimos dos años.
En este entorno, al evaluar el balance de riesgos entre la debilidad de la actividad económica y su recuperación esperada, la entidad consideró conveniente reducir la tasa de interés de referencia a 4.5%.
En el comunicado emitido por el banco de la república, también se estableció que la Junta seguirá haciendo monitoreo del comportamiento de la inflación y las proyecciones de la actividad económica, así como la situación internacional.
Finalmente reitera que la política monetaria dependerá de la nueva información disponible.