Seis son los escenarios para tipificar un feminicidio en Colombia, no solo en aquellos casos donde la pareja o expareja de la víctima es capturada en flagrancia tras cometer los hechos, como sucede en la mayoría de episodios en Cali y el resto del país.

Así está estipulado en la Ley 1761 de 2015 o ‘Ley Rosa Elvira Cely’, normativa bajo la cual las autoridades están indagando sobre los asesinatos de Lady Johana Morales Hurtado, de 26 años, hallada sin vida a orillas del río Cauca el 2 de enero pasado con señales de tortura, y el caso de Gloriseth Virgen Virgen, de 30, una modelo que fue asesinada por un sicario el sábado pasado en el barrio Metropolitano, norte de la ciudad.

“Tenemos serios indicios de que el atacante es la expareja sentimental de la víctima (Gloriseth). De esto ya había unas denuncias. Ellos ya no convivían. En el marco de la investigación daremos con el responsable de este hecho”, dijo el coronel Fabián Ospina, comandante (e) de la Policía de Cali. 

Y es que por la forma en la que fue asesinada la otra joven, Lady Johana, dice una fuente de la Sijín de la Policía que el caso podría ser un feminicidio si se tiene en cuenta el numeral B de la Ley, el cual está contemplado en el artículo 104A: “Ejercer sobre el cuerpo y la vida de la mujer actos de instrumentalización de género o sexual o acciones de opresión y dominio sobre sus decisiones vitales y su sexualidad”.

Este caso, generó el repudio de las autoridades y de la comunidad en general a través de redes sociales, donde con diferentes mensajes e imágenes piden justicia por el asesinato de la mujer, quien fue vista por última vez el 28 de diciembre pasado.

El secretario de Seguridad de Cali, Andrés Villamizar, dijo a través de Twitter que “no vamos a descansar hasta que se esclarezcan este y todos los feminicidios. Tenemos mecanismos de protección para evitar estos casos, pero lamentablemente dependemos de que potenciales víctimas nos den alerta. Seguiremos trabajando en mejorar prevención”. 

De acuerdo con la ‘Ley Rosa Elvira Cely’, es feminicidio también cuando el agresor tiene o tuvo “una relación familiar, íntima o de convivencia con la víctima, de amistad, de compañerismo o de trabajo y ser perpetrador de un ciclo de violencia física, sexual, psicológica o patrimonial que antecedió el crimen contra ella”. 

Lo mismo sucede cuando se comete el delito “en aprovechamiento de las relaciones de poder ejercidas sobre la mujer, expresado en la jerarquización personal, económica, sexual, militar, política o sociocultural. También, “cometer el delito para generar terror o humillación a quien se considere enemigo”.

Ana Carolina Quijano, subsecretaria de Equidad de Género de Cali, explica que los agravantes de los otros escenarios de los feminicidios tienen que ver con el ejercicio de poder ejercido sobre la víctima. 

“Por ejemplo, eso tan horrible que hicieron con Lady, todo eso que le hicieron al cuerpo es para mostrar un ejercicio de poder, esa es la explicación, porque sino cuál sería entonces el sentido de hacerle algo así a ese ser humano. Esto lleva a cuestionarse a la inversa: ¿qué pasaría si fuera un hombre al que le hubieran hecho eso?”, afirma la Subsecretaria. 

Añade la funcionaria que no necesariamente debe existir una relación afectiva entre víctima y victimario para ser feminicidio, sino que también este abarca las relaciones laborales, familiares, etc. 

“Rechazamos este hecho tan atroz, no solo como funcionaria sino como ciudadana, la Fiscalía desde el primer momento ya está investigando el caso de Lady”, añade Ana Carolina Quijano.