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Euforia y depresión, así es la bipolaridad
El trastorno es más que una enfermedad que afecta el estado de ánimo.
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Colprensa
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Domingo, 12 de Febrero de 2017

La palabra bipolar se ha popularizado al punto de ir llamando a quien hoy saluda y mañana no por ese nombre. Los hijos, la novia, los jefes, los padres y los amigos, todos parecen bipolares por sus cambios de humor.

Sin embargo, el trastorno es más que una enfermedad que afecta el estado de ánimo haciendo que los paciente puedan experimentar de un goce excesivo o de una baja sin ninguna razón aparente.

La psicóloga Natalia Villanueva Ceballos explica que una persona bipolar puede pasar de un estado de mucha euforia, “reflejada en alegría, autoestima alta y autoconfianza alta, a un estado de tristeza profunda y angustia donde hay pocos deseos de hablar, sonreír o darle continuidad a sus labores cotidianas”.

Subraya que lo problemático es que estos cambios anímicos afectan en gran medida el relacionamiento interpersonal, porque generalmente “no se sabe qué esperar del comportamiento del otro, entonces la opción más recurrente es hacerlos a un lado y tacharlos de locos, por ello los bipolares son personas que sufren y esto les imposibilita alcanzar equilibrio emocional”.

La psicóloga cuenta que la enfermedad puede confundirse con otros trastornos mentales y que es importante su diagnóstico adecuado porque la prevención hace que su tratamiento sea muy eficaz.

Con la intención de conocer más del trastorno, se consultó al doctor Carlos López Jaramillo, jefe del departamento de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, quien brindó información sobre sus generalidades y cuidados.

-¿Cómo es la enfermedad?

“Por investigaciones sabemos que hay una región específica que tiene como función la regulación de los estados. Se trata de la región prefrontal del cerebro que es donde se modula el estado del ánimo de las personas. Al estar ahí afecta el estado de ánimo y genera esos cambios”.

-¿Cómo se manifiesta?

“Las personas pueden pasar por períodos con estados de bienestar exagerados, pero con alteraciones fisiológicas muy significativas. Les altera el sueño, hablan mucho, no se concentran, aumentan su actividad motora. Es impactante porque esa alteración no es solo de cómo me siento sino de cómo funciono.

Lo otro es la etapa depresiva que es muy común porque es exactamente igual que la depresión como se conoce, lo que pasa es que acá tiene el antecedente de la manía (euforia) y esas altas y bajas pueden llevar al suicido. También es frecuente que las personas bipolares presenten otras enfermedades psiquiátricas por su misma irregularidad, algunas se asocian con dependencia o abuso de sustancias. También son frecuentes los episodios de ludopatía o comportamientos antisociales”.

-¿Quiénes son más propensos de sufrirla?

”En cualquier momento de la vida se puede sufrir del trastorno, pero es más común en la juventud y adultez temprana: entre los 18 y los 30 años. Reitero que le puede dar a niños y adultos mayores. Hay una alta propensión para las personas que tengan antecedentes familiares ya que generalmente se da por predisposición genética e involucra generaciones pasadas.

Además, hay situaciones que pueden disparar la enfermedad como el consumo de sustancias psicoactivas, el alcohol y las drogas ilegales son factores de alto riesgo para quienes tengan la predisposición genética ya que con el consumo se puede presentar de manera temprana o más severa”.

-¿Cómo sé si soy bipolar?

“Es muy importante conocerse, saber que hay una alerta si estoy anímicamente mal o excesivamente bien sin ningún desencadenamiento claro. Eso es una clave, estar cuestionando mis sentimientos, pero lo más importante es que las personas bipolares sin tratamiento no funcionan bien. Si tengo problemas al dormir o comer, y si mis estados suben y bajan, debo consultar a un especialista”.

-¿Cómo podemos entender lo que le pasa a un bipolar?

“Cuando uno está triste, por ejemplo en un duelo, uno lo puede controlar porque sabe que debe seguir su vida normal en su trabajo y con su pareja, además fisiológicamente el cerebro no está alterado.

Un bipolar en crisis es disfuncional y sus estados de ánimo no tienen razones aparentes. Sus cambios de ánimo son muy súbitos y no los puede controlar como sí podemos hacerlo los no bipolares”.

-¿Qué tan frecuente es la enfermedad en la población y cómo la ve en Medellín y Antioquia?

“En términos generales se estipula que de 2 a 3 % de las personas sufre de trastorno bipolar. Aunque si se mira de manera amplia y se toman los trastornos del estado de animo: depresión, irritabilidad, falta de atención, sueño alterado y grandiosidad, puede llegar a aumentar hasta el 5 %.

Medellín, a diferencia de otras zonas de Antioquia, ha tenido más migración por lo que no ha sido fácil tener un diagnóstico. Hemos investigado diferentes pueblos del oriente y del viejo Caldas que conservan ese efecto genético fundador y de ahí sabemos que tienen alta prevalencia en trastornos. Tenemos municipios hasta con un 8 % cuando en general va de 2 a 5 %”.

-¿Somos más bipolares ahora que antes?

“Siempre ha existido la enfermedad, solo que antes tenía otros diagnósticos y era más conocida como enfermedad maníacodepresiva. Hace 30 años ha cambiado y se ha conocido como bipolaridad pero estamos hablando de lo mismo. Lo que sí es cierto es que hora se habla más del tema”

-¿Cómo se puede ayudar a un bipolar?

“Lo primero es apoyarlo y estar atentos a sus comportamientos para que ante cualquier cambio anímico se evite una crisis. La medicación y la adherencia a sus tratamientos es lo más importante para el paciente, y en ello es vital el acompañamiento de la familia para que lo siga haciendo.

Los grupos de apoyo son excelentes para el bipolar, incluso para sus familiares, porque allí se dan cuenta de que es una enfermedad común, se encuentran con otros como ellos y además hay asesorías y atención constante”.

-¿Hay cura?

“Las personas diagnosticadas van a tener este trastorno su vida y requieren tratamiento durante todo el periodo. Lo positivo es que las investigaciones han avanzado mucho y hay muchos tratamientos que con buena adherencia permiten que el paciente viva una vida normal. Los pacientes que no están bien tratados o dejan los medicamentos, pueden tener recaídas”.

-¿Qué se debe tener en cuenta con la medicación?

“Lo más importante es evitar la automedicación, más en la siquiatría, porque en vez de ayudar puede hacer daño. La medicación debe ser de médico a paciente, y este debe tener claro por qué su médico le receta un medicamento y cómo usarlo”

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