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Colombia
Los ‘ases’ para el proceso de sustitución de coca en el Catatumbo
La comunidad internacional, Gobierno y mandatarios locales están decididos a fortalecer la paz.
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Sábado, 2 de Diciembre de 2017

Según las metas de la Gobernación y algunas iniciativas de orden privado, ‘atraer’ a los cultivadores de coca y promover la sustitución de cultivos de uso ilícito tiene una ambición mayor que la de sacar una planta de los suelos del Catatumbo: erradicar la pobreza.

Tanto la comunidad internacional, como el Gobierno Nacional y los mandatarios locales están decididos a fortalecer la paz y dar cumplimiento al punto 4 del acuerdo, con el que se busca encontrar una solución definitiva al problema de los cultivos de uso ilícito.

Si bien la oferta de alternativas rentables, autosostenibles y legales, está sujeta a modificaciones y ampliaciones dependiendo de las calidades del suelo, las decisiones de los campesinos, entre otros aspectos, en el Catatumbo hay iniciativas en marcha y otras ejecutadas que prometen ser exitosas.

Cultivo de girasol oleico

Aunque en Colombia no se cultiva girasol oleico sino ornamental, según François Vela, representante de Agrofrance International, hay condiciones para dar inicio a una buena oportunidad de negocio en Tibú y la zona rural de Cúcuta, donde ya se presentó la propuesta. 

Esta planta puede crecer hasta dos metros de altura, es resistente tanto a sequías como a lluvias, y sus raíces alcanzan los dos metros de profundidad, lo que le permite soportar fuertes vientos.

Actualmente, se tiene la experiencia de siembra desde el nivel del mar, hasta los 3 mil metros de altura.

Los resultados se empiezan a ver a los 45 días de la siembra de semillas.

El proyecto cubre dos fases: la primera, para hacer silo de girasol, y la segunda, para extraer aceite del grano de la planta.

El silo de girasol contiene 4 veces más proteína que el de maíz y produce en volumen tres veces más por hectárea.

Mil plantas de girasol oleico rinden para tres toneladas de silo.

Un elemento innovador y que genera valor agregado a los cultivos de girasol es la implementación de abejas.

Por cada hectárea de girasol que se siembra se instalan hasta 4 panales de miel de abeja.

Su producción, al amparo de los girasoles, mejora las propiedades de la miel, con mejores precios que refuerzan el negocio.

Café

Es el complemento del cacao y para las comunidades de San Calixto, una de las mayores expectativas para la reconversión de cultivos.

Para el personero de este municipio, José Luis Franco, la meta de los pobladores es retomar las buenas épocas de los años 90 y 2000, cuando San Calixto era el municipio que producía mayor cantidad de café en Norte de Santander, y aunque el cultivo persiste, se procesa e industrializa, requiere apoyo.

El departamento pretende, en lo que queda del cuatrienio, promover el cultivo de nuevas áreas con variedades resistentes, con una proyección de 2 mil hectáreas nuevas y la renovación de mil.

Igualmente, la producción más limpia para fomentar la agricultura ecológica. 

Actualmente, según la secretaría de Desarrollo Económico, más de 30 mil hectáreas están distribuidas en 19.540 fincas, pero los números deberán sumar lo anteriormente descrito, al término del actual mandato.

Cacao

Además de ser parte del origen de Norte de Santander, es el cultivo de moda para la sustitución, al ser una de las propuestas del Programa Nacional Integral de Cultivos Ilícitos (Pnis).

En los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación se proyecta tener un mínimo de 50 productores con 3 hectáreas, para un total de 150 hectáreas por zona.

Según datos de Fedecacao, producir un kilo de cacao cuesta alrededor de 4 mil pesos y el precio de venta oscila entre los 7 y 9 mil pesos.

Una de las experiencias locales relevantes la tiene la Asociación Gremial de Productores Cacaoteros de Tibú (Asocati), que nació de la sustitución de cultivos ilícitos en 2001, y erradicó voluntariamente 500 hectáreas de coca. 

En otras regiones del país el cacao también es exitoso, como ocurre con la Asociación Campesina de Cacaoteros de San Pablo de Borbur (Asocacabo), creada en Boyacá en 2004 como salida a la violencia por la explotación de minas de esmeralda y cultivos de coca; hoy se dedica a la transferencia tecnológica y fomento de proyectos productivos, con reconocimiento internacional.

Según Fedecacao, para este año se espera un incremento de hectáreas y un crecimiento de producción por encima de 10 por ciento, en vista de que una hectárea sembrada en árboles híbridos presenta rendimientos por encima de los 1.000 kilogramos por hectárea.

Piña

Tibú, Teorama y hasta Convención, en Caxbarincaira, zona del pueblo barí, desarrollan parte de su actividad productiva con la piña, con apoyo de la Gobernación y Corponor, para el segundo caso con 15.500 plantas sembradas.

En Tibú, la recuperación de este producto en el corregimiento La Gabarra empieza a tomar fuerza, y en cosecha se sacan hasta 700 kilos semanales, pero se proyecta mejorar la calidad hasta tener el producto esperado por los consumidores y comerciantes.

Según datos de Asohofrucol, la piña tiene oportunidades de negocio en países como México, Nicaragua, Ecuador y Panamá, y se estima que por tonelada se puede llegar a obtener un 20 por ciento de ingreso, en especial con la variedad oro miel.

Para el caso nacional, en Corabastos, gran centro de acopio de Bogotá, es apetecida la piña perolera o criolla que llega allí desde Norte de Santander.

Entre las ventajas instaladas para la producción están las condiciones ambientales y el suministro constante.

Cítricos

Las asociaciones de productores de cítricos en la región suman 60 en El Zulia, Cúcuta, Sardinata y Tibú, con una producción anual de 800 toneladas y un potencial de compra en la costa atlántica y el exterior.

De acuerdo con el ICA, estos cultivos se adaptan favorablemente en condiciones tropicales, y la meta regional es promover el cultivo de limón Tahití por su excelente calidad y posibilidades para la exportación. 

En Colombia se cultivan las variedades limón pajarito o de Castilla y tahití, con producción de 15 a 40 toneladas de fruta por hectárea. 

La entidad señala además que en zonas con temperaturas elevadas, los frutos muestran un desarrollo más acelerado, con buen tamaño, como acidez y aromas elevados, aunque son más propensos a una degradación rápida comparada con los frutos de temperaturas más bajas.

En la región se estima que una de las zonas en las que sería acertada su producción es el corregimiento Pacelli (Tibú). 

Caucho, otra novedad

En La Gabarra el caucho también se proyecta como una alternativa frente a los cultivos de uso ilícito y allí, Consolidación Territorial genera la siembra gradual de 2 mil hectáreas de caucho natural en modelos agroforestales con una proyección a 5 años.

Los objetivos de la propuesta incluyen la producción de semillas, la conservación del adecuado desarrollo agronómico del cultivo, y el fortalecimiento socioempresarial para consolidar la sostenibilidad del proyecto.

La apuesta de La Gabarra también abarca el cultivo de piña. Se inició con la siembra de 20 hectáreas de caucho y 4 de piña en un modelo agroforestal, con metas de comercialización y procesamiento agroindustrial desde el sexto año.

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