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Colombia
A ritmo de Brisas del Pamplonita recibieron al papa
Un grupo de jóvenes bailó el bambuco.
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Colprensa
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Jueves, 7 de Septiembre de 2017

Muchas gracias por el esfuerzo que han hecho, muchas gracias por el camino que se han lanzado a realizar, eso se llama heroísmo. Hasta los más chicos pueden ser héroes. Cuando vienen engañados o se equivocan, se levantan y son héroes y van adelante. Sigan adelante. No se dejen vencer, no se dejen engañar, no pierdan la alegría, no pierdan la esperanza, no pierdan la sonrisa”. Este fue el mensaje del papa Francisco a su llegada a la Nunciatura Apostólica en Bogotá, al dirigirse a un grupo de jóvenes que le bailó  el bambuco “Las Brisas del Pamplonita”, música de Elías M. Soto, patrimonio inmaterial e himno regional de Cúcuta.

También lo recibieron con regalos que entregaron Angie y Ferney, jóvenes del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, Idiprón, una entidad de la capital del país que los ayuda a salir de las calles. Ellos mismos fueron los que contagiaron de alegría por la llegada del Sumo Pontífice.

Una ruana, para representar a los artesanos colombianos; un velón, que es luz, “como él”; y un vitral, para que los recuerde, fueron los detalles que le dieron, aunque para el padre Leiner Castaño, el verdadero regalo fueron ellos: los jóvenes.

“Podríamos tenerle preparado una bandeja con esmeraldas, que son propias de nuestra tierra, con algunas piezas sacadas del Museo del Oro. Podríamos regalarle al papa equipos sofisticados, pero a él no le interesa eso. Este es el mejor regalo que le podemos dar. Unos niños que son de la calle, que fueron resocializados, y que danzan, cantan y le dan sus regalos”, dijo el padre.

“No se dejen robar la alegría y la esperanza”, reiteró el Primado de Italia, quien hizo que los asistentes repitieran su mensaje minutos antes de entrar a la embajada del Vaticano, en donde una habitación sencilla, con frutas colombianas, una silla reclinable, mate argentino y un cuadro del padre Marianito de Angustura, lo esperaban.

El Papa, que fue recibido por el presidente Juan Manuel Santos, su familia y todo su gobierno; saludado por miles de colombianos que salieron a la Calle 26 solamente para verlo pasar; y siendo el invitado más esperado de los últimos meses en Colombia, ingresó finalmente a la Nunciatura, la misma en la que se quedaron Pablo VI en 1968 y Juan Pablo II en 1986.

Eso sí, antes de ingresar agregó: “¿Les puedo pedir un favor? Recen por mí. Que dios los bendiga”.

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