En dos días termina el 2017; y antes de calificarlo o descalificarlo puedes hablar con él. 

Sí. Habla con tu año viejo. De hecho, arma uno con camisas y calzones que ya cumplieron con su propósito de vestirte por un tiempo. Justo te acaban de regalar ropa nueva que te facilita el desapego. 

Rellénalo con otras prendas gastadas y píntale una carita feliz. Puede parecer una terapia extraña; pero estoy seguro que te resultará una experiencia liberadora para tu alma, tus pensamientos y tus sentimientos encontrados. Un año no es malo ni bueno; tampoco es difícil o fácil, liviano o pesado. Un año es simplemente la suma de doce meses en un calendario. 

También puedes verlo como el ciclo de una lavadora que comienza con una sacudida y termina con un pito que anuncia su final. 

Se termina un espacio de tiempo y comienza otro para continuar creciendo; por ejemplo. O para proyectar ideas, diseñar proyectos, iniciar movimientos, tomar iniciativas, crear motivaciones, cristalizar sueños, impulsar propósitos, pensar en positivo, despertar del letargo, inspirar a otros, andar hacia adelante, empoderarte en tus capacidades, creer en tu inteligencia, atraer tu suerte, volver a sonreír y brillar tanto que alumbres a los demás. Muy inspirador y bonito lo que escribe Correal... te estarás preguntando; 

¿Y eso que tiene ver con ser cucuteño o no? Es un mensaje que le sirve a todos; vivan donde vivan o estén donde estén. 

Y yo te respondo; Sí. Es un mensaje para cualquiera que quiera algo mejor para el 2018; es decir todos. 

Es un mensaje para todos. Para ti empresario que tuviste que pedalear el doble para romper el viento en contra. Para ti, profesional de la salud, que el sistema te dejó esperando el pago de las facturas por tus servicios.Para ti valiente comerciante que tuviste que lidiar con el nuevo IVA que afectó tus ventas y te puso a pagar más impuestos que contar utilidades. Para ti propietario de un local vacío cuyo pago de arriendo habías proyectado para mejorar tu pensión. Para ti colombiano que ves a tus hermanos llegar expulsados por la escasez de un país vecino a sobrevivir en el parque de tu barrio.  Para ti cucuteño, que puedes salir a construir con una actitud contagiosa y hacer algo por tu ciudad.  Ya no es hora de seguir esperando soluciones ajenas. Nuestra economía es el motor de nuestra ciudad y sólo si crees en ti; en tus capacidades, en tu preparación, en tu fuerza y en tu corazón, podrás comprobar lo grande que eres y lo importante que es tu proyecto para la ciudad.

Contemos historias; no hechemos chismes. No sembremos cizaña; creamos en los demás. No pitemos; cedamos el paso. No critiquemos, juzguemos ni señalemos; construyamos, comprendamos y apoyemos. Pensemos en colectivo; despertemos todos y abramos los ojos; unámonos y juntémonos, apoyémonos unos a otros, tejamos entre todos una red social y cívica de protección. Obremos justamente, y tomemos el camino correcto. Reconstruyamos nuestra ciudad apoyando las iniciativas de quienes se atreven a apostarle al desarrollo. Compra cucuteño, consume cucuteño. 

Cuando te pregunten ¿cómo estás? No digas más; “acá; jodidos pero contentos”. 

Acostúmbrate a decir que estás muy bien y que Cúcuta es una ciudad bonita, valiosa, y que cada vez está mejor. Si eres un hermano venezolano y estás refugiándote en la sombra de nuestros árboles, siéntete parte de ella e involúcrate en esta iniciativa de decir que en Cúcuta está la oportunidad para vivir bien. Vamos pa’lante, desayunemos con hayacas, almorcemos con mute y cenemos con pasteles de garbanzo, chuzopan o arepas rellenas. Volvamos a la changua hecha en casa. 

Elijamos en el 2018 gente honesta para que conduzca nuestra barca hacia un océano de oportunidades.

Construye paz desde tu hogar, irradia alegría desde tu sonrisa, genera abundancia desde tu mente y pon en ese año viejo todas tus quejas. Entonces, utiliza tu imaginación para ver cómo con un volador entre las piernas el 2017 sale a volar para fundirse con las estrellas y llevarse todo lo que te está haciendo pensar negativamente. 

Recuerda que el momento más oscuro de la noche es unos instantes previos al amanecer. Y cuando amanece en Cúcuta el sol brilla para que brillemos todos. 

Feliz 2017 y feliz 2018. 

Todo está bien. ¡Hakuna Matata!