La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
Acreencia espiritual
Si la evolución se asume con plenitud, expande los límites del horizonte a las galerías secretas de la verdad que orienta.
Domingo, 20 de Enero de 2019

En los nuevos escenarios de los jóvenes, los viejos tenemos una misión paralela: es imprescindible enamorarlos, otra vez, de la vida, así como el viento a los pájaros, en la ruta en que convergen los sentimientos y la realidad, e inducirlos a cultivar el don de la espiritualidad.

Debemos esmerarnos en la enseñanza de valores con un ejemplo bueno, acercarlos a la responsabilidad, al proceso coherente de madurez, para llenar el vacío que dejan el azar, la tecnología y los riesgos inminentes del libertinaje.

Que su libertad sea suficiente para engendrar la sensatez y protagonizar su propia historia, con dignidad, con la lucidez que se asienta en el alma y seduce con su luz cuando se la deja brillar en un corazón sano.

Porque si la evolución se asume con plenitud, expande los límites del horizonte a las galerías secretas de la verdad que orienta, modera los excesos y da tregua a la angustia, ahora camuflada de modernismo. 

Entonces la acreencia espiritual comienza a solventarse, los sueños a tener el derecho a ser soñados y la borrasca de los años tempranos a ceder, sin la fatiga apabullante de la imitación.

Aquellos asuntos catalogados por los mayores como misterios, requieren ahora explicaciones racionales, con la sensatez de garantizar autonomía generacional, dentro de fundamentos de respeto. 

(Son los mismos pasos de nosotros, recorridos en amenazante celeridad, a la cual debemos un provecho de creatividad y por ahí, metido en los bolsillos, un pedacito de ternura).

Temas del Día