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‘Algo grave va a suceder’
No nos podemos quedar tranquilos porque el General Palomino afirme, que ya capturaron los adolescentes involucrados. Pánico, es pánico. Y tragedia es tragedia. Evitémoslas. 
Jueves, 4 de Julio de 2019

“Algo grave va a suceder en este 

pueblo”, cuento de García Márquez.

El peligrosísimo incidente del domingo 30 de junio sucedido cuando caía la tarde en el Centro comercial Ventura Plaza, merece reflexiones muy sensatas, muy serias, muy desapasionadas, que conduzcan a una sabia elaboración de políticas de seguridad, de prevención de riesgos, de rectificación de equivocaciones y de confesión humilde de las omisiones. Porque todo falló y la divina providencia, que es cucuteña, nos ayudó a manejar espontáneamente las imprudencias de una masa ‘’sonámbula y turulata¨. 

Sí todo falló.  La Policía Nacional estaba advertida. La delincuencia juvenil venía mostrando su aparición como en los viejos tiempos de las pandillas del mismo nombre. Semanas antes trataban de concertar sus citas para reñir y delinquir y hasta hicieron aparición tres veces, arrancaron adoquines en la plazoleta de Movistar. Nunca supimos de planes de la institución para prevenir y reprimir tales conductas. Entretanto, la invasión de los refugiados venezolanos se multiplicaba y el más cómodo refugio sanitario es y sigue siendo el Centro Comercial Ventura Plaza, la concurrencia pública se multiplico por diez y la operación del mismo ante la administración gerencial siguió como en la canción, igual.

La Unidad para la Gestión del riesgo de desastres y emergencias (SOS) como esta, que inauguró la más moderna del país aquí en Cúcuta, al parecer nunca contactó ni a la Policía Nacional, ni a la administración del Centro Comercial, para los elementales instructivos de evacuación. Seguramente nunca se preparó al personal de la administración, ni se practicó ningún simulacro, pues quienes estábamos allí con niños, no encontramos señalamientos de evacuación, tampoco las conocía la empresa de vigilancia, pues sus integrantes corrían con la misma sensación de pánico.  

Un vigilante de avanzada edad en el tercer piso, atendió mis observaciones para que solicitara el funcionamiento de todas las escaleras eléctricas y los elevadores en sentido de descenso y me respondió que no tenía acceso a la administracióny que los domingos no funcionaba.

Sus compañeras del tercer piso despavoridas, no me acompañaron en la amplia escalera de ese piso para indicarla como solución de evacuación y descender al hall interno de la cafetería de Juan Valdez y el Restaurante El Corral, además, también sin señales de evacuación. En el inmenso local de los juegos había unos doscientos niños y sus padres.

Observe’, además, que el inmenso vitral de este hall, era imposible de romper para propiciar el escape de humo y gases si se hubiese necesitado. No había vitrinas murales de elementos de emergencia, hachuelas, mangueras y extintores. Además, ¿dónde estarán ubicados los hidrantes, en el caso de utilización de las mangueras?

Sobra agregar, que el cuerpo de bomberos no apareció o llego tarde. En las afueras del Centro Comercial Ventura Plaza, pese a los incidentes anteriores a esta emergencia grave, la policía nacional no ha determinado tener de manera permanente una o dos patrullas móviles y al menos una ambulancia. Las ambulancias de la carroña del soat, no fueron pues no era su negocio. No sabemos qué papel juega en estas emergencias la Secretaria de Gobierno y de Seguridad Municipales. Tampoco hicieron presencia. 

Estas observaciones no tienen carácter de reproche, solo de una gran reflexión. Porque hay sitios de la ciudad más concurridos. Por ejemplo, el Centro Comercial Alejandría, tan toscamente diseñado. 

No nos podemos quedar tranquilos porque el General Palomino afirme, que ya capturaron los adolescentes involucrados. Pánico, es pánico. Y tragedia es tragedia. Evitémoslas.

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