En Unilibre uno de los textos preferidos de lectura que imponía a los primíparos en Ciencia Política era, “La sociedad Poscapitalista” de Peter Drucker, con el cuento de la nueva sociedad del conocimiento. Es el conocimiento y no el capital el recurso clave dijo el austríaco… Ni se compra con dinero, ni se crea por capital de inversión.
Aunque el conocimiento ha existido y ha acompañado al hombre desde su aparición en este planeta de Dios, ahora nos dio por denominar esta etapa cíclica como la sociedad del conocimiento. Solo que antes se lo aplicábamos al ser, tanto en occidente como en el oriente con los anacoretas del Taoísmo y del Zen. Hoy se lo aplicamos al hacer, desde que la revolución industrial lo impuso y creció con el combustible llamado producción.
Por ello uno valora mucho el esfuerzo humano por acopiar el conocimiento para ponerlo a disposición de todo el mundo. Como el esfuerzo de Diderot que muchos conceptuaron fue una tremenda derrota con su Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios. Una locura enciclopedista que comenzó con los trabajos de Pierre Bayle en 1697 y Jhon Harris en 1704, que realmente fue como siempre un anticipo de los ingleses sobre los continentales.
El sueño era clasificar nada más y nada menos que el universo, con la dificultad que le anotaba Jorge Luis Borges: no hay clasificación del universo, que no sea arbitraria. El enciclopedismo pues ha sido una obsesión de toda la vida del hombre. Lo fue de Plinio el viejo con su Diccionario Histórico y crítico, lo fue de la Enciclopedia China y su curiosa página de los animales que clasifica entre embalsamados, amaestrados, lechones, sirenas, perros de todas las clases, hasta los sueltos y los amarrados.
Pero colosal la empresa de Diderot, comenzando por lograr tantos temperamentos para que colaboraran. Juan Jacobo Rousseau, D´Alambert, y Voltaire y un equipo de 160 personas entre literatos, filósofos, científicos, artistas, rompiendo tabúes religiosos y otros prejuicios, hasta apretujar en 27 volúmenes en 18.000 páginas y 72.000 artículos el conocimiento de la Ilustración. Al final todo fue materia de censura, pues hasta el editor que la encargó André Le Breton, se asustó por las ampollas que levantó.
Lo de hoy, Wikipedia que nació en 2001 pues no es realmente enciclopedia, sino información compilada en varios idiomas, una iniciativa de Jimmy Wales, una cesta a la que todos llegan generando especulando saberes, no hay jerarquías, solo usuarios, muchas veces anónimos.
Adenda: Hubo luz en la CCC. Hay nuevo presidente ejecutivo. Que el Código de Comercio le oriente y le ilumine. Su ascendencia familiar le acredita como un caballero del bien y muy aterrizado.
