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Amenazas y deudas
La situación que vive el equipo Cúcuta Deportivo tiene cierto parecido con una película de miedo.
Sábado, 18 de Enero de 2020

La situación que vive el equipo Cúcuta Deportivo tiene cierto parecido con una película de miedo y terror que se vivió años atrás. 

La temporada pasada terminó con un equipo clasificado a las semifinales, sus jugadores y cuerpo técnico con gran profesionalismo rindieron hasta el final a pesar que los sueldos no fueron pagados a tiempo tal como estaba pactado. 

Lo lógico hubiera sido que si el equipo tuvo un buen desempeño se continuara con la mayor parte de la nómina de jugadores y se adquirieran refuerzos con el objetivo de alcanzar mejores resultados en la temporada 2020. 

Todo lo contrario fue lo que ocurrió, el grupo fue desarticulado, la mayoría de los jugadores salieron del equipo por diversas circunstancias, entra las que estaba la renuncia de algunos de ellos. 

Después de varios incumplimientos los sueldos fueron pagados, pero los jugadores ya no querían estar en la institución y buscaron mejores destinos.

También salió el técnico Guillermo Sanguinetti y se nombró un nuevo entrenador, el “viejo” Jairo Patiño quien viene trabajando con las nuevas incorporaciones entre quienes no se incluyen jugadores de relevancia en su carrera futbolística con los cuales los aficionados puedan ilusionarse con una campaña mejor que la de años anteriores. 

Los hinchas no volvieron a llenar el estadio, no porque el equipo haya dejado ser la divisa con la cual se identifican, sino a causa de la escasa simpatía que despierta el accionista mayoritario Augusto Cadena y sus acciones. 

Entre los incumplimientos del señor Cadena está también el pago del arrendamiento por el uso del estadio General Santander, ante el cobro de dicho dinero por el IMRD el dirigente reaccionó diciendo que el alcalde no le quería dar la cara, que no le prestarán el escenario. 

Lo cierto es que no ha pagado y no había intentado una comunicación directa con el alcalde Jairo Yáñez. 

En concreto se sabe hoy que el estadio le será arrendado hasta finales de febrero, fecha en la cual vence el comodato que tiene el IMRD otorgado por la gobernación, dueña del estadio. 

Ante esta situación, surgió el otro capítulo de esta historia, cargado de amenazas: el equipo sería llevado a otra ciudad, “hay ofertas de 5 o 6 ciudades que quieren tener futbol profesional” lo cierto es que tal vez Sincelejo hizo algún tipo de oferta. 

Pero esta argucia le sirve a Cadena para presionar a los hinchas y a la administración municipal y crear un ambiente de incertidumbre en la ciudad que podría quedarse sin el equipo de futbol profesional. 

Es una calamidad que el Cúcuta Deportivo, considerado patrimonio de la ciudad, o como lo ha llamado el alcalde: “es el primer activo emocional de la ciudad” esté pasando por esta situación. 

El Cúcuta se quedará aquí y los dineros adeudados a la alcaldía deben ser pagados en los plazos que sean acordados. 

Su administración y manejo debería estar en manos de cucuteños que sientan pasión por el fútbol y por la divisa rojinegra. Así, otra sería la historia y no tendríamos la conminación que cada año lanza el accionista mayoritario sobre este que ha sido siempre nuestro equipo.  

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