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Aquí sólo regalan perejil
El lector es conducido a los vericuetos de la vida.
Domingo, 21 de Julio de 2019

Un muchacho pamplonés, Abilio, relata al dueño de un bar en Barcelona las peripecias de un inmigrante, la víspera de su viaje de regreso a Colombia. 

En un monólogo fascinante, el lector es conducido a los vericuetos de la vida de quien trata de salir adelante con algo de audacia, pero con el peso de su origen provinciano.

Con un gran dominio de los tiempos, el autor va desentrañando las aspiraciones, los desencantos, los miedos, los amores del protagonista a lo largo de innumerables episodios que, alternativamente, se refieren a sus vivencias de Pamplona y de Barcelona. 

Lo que al comienzo de la novela parece una trama simple, en cada página se va complicando deliciosamente dejando al lector en vilo al final de cada segmento del texto atrapado por el agudo recurso del suspenso.

El final de la novela se presiente desde el primer párrafo, pero es inimaginable la abigarrada sucesión de acontecimientos y las complicaciones que van enredando a Abilio en una enmarañada aventura que lo arrastra inexorablemente al comienzo de su aventura, como si el tiempo se hubiera confundido en sucesos que pudieran haber ocurrido en Barcelona o en Pamplona. 

Lo que más sorprende es que desde la inmóvil mesa del bar de Wong van surgiendo infinidad de eventos simpáticos o truculentos; personajes de todas las condiciones; y se desvelan las facetas contradictorias del protagonista que se inició con alguna inocencia en los meandros de la delincuencia hasta ir a parar con sus huesos en las cárceles de aquí y de allá. 

El ámbito de la novela es como un vaso de cristal en el que al zumo de limón que se ha exprimido en él se agrega una cucharada de bicarbonato: esa es la ebullición que se vive a lo largo de sus páginas; ese es el sabor agridulce con que se cierra el libro.

Con esta novela, “Aquí sólo regalan perejil”, Luis Fernando Luna Maldonado obtuvo el premio Ña BaPro Clarín de Novela en 2017 que lo ha lanzado a la fama entre los escritores de habla hispana. Él, a pesar de su timidez, pasa a ser uno de los novelistas jóvenes más reconocidos en Colombia. Su original sentido del humor y su irreverencia en el uso del idioma, que no le impide usar los más sencillos giros provincianos y los epítetos más arriesgados, cautivaron a la severa crítica que escogió su obra.

Luis Fernando nació en Pamplona y dirigió el Museo de Arte Moderno Ramírez Villamizar. Durante varios años editó la publicación “pHi, Papel Higiénico Ilustrado”, y en 2013 publicó el libro “Cortoletrajes. Historias comunes sobre gentes corrientes”. Reside hace varios años en Barcelona donde trabaja como publicista y artista plástico.

El título de esta novela, que para algunos puede parecer extraño, se explica en su última línea en la que Abilio afirma que viajó a Barcelona porque creyó que allá regalan la felicidad, pero que en verdad sólo regalan perejil, aludiendo a que esa planta no tiene mayor valor y es obsequiada a cualquiera en los mercados populares. 

ramirezperez2000@yahoo.com.mx

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