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Canal del Atrato
Los medios de comunicación reseñaron que Juan Manuel Santos “desempolvó” la idea de un canal seco (férreo) por el Tapón del Darién.
Lunes, 16 de Noviembre de 2015

Los medios de comunicación reseñaron el pasado fin de semana que el gobierno nicaragüense concedió a una empresa china licencia ambiental para construir un canal interoceánico de 276 kilómetros.

También reseñaron los medios que el presidente Juan Manuel Santos “desempolvó” la idea de un canal seco (férreo) por el Tapón del Darién, el cual no ha avanzado ni se conocen más pronunciamientos del mismo Santos.

Alguna vez leí un artículo sobre justas ambiciones del departamento de Chocó con macroproyectos como el canal interoceánico y lo justificaban diciendo que era más una necesidad internacional y del triángulo económico del país que de los chocoanos. Tienen razón: es necesario para el Chocó, el país y el comercio internacional. ¿Acaso no dicen que la competencia obliga a mejorar y pulir el servicio?

Cuando en 1981 el entonces gobernador de Antioquia Iván Duque Escobar en su primer mensaje a la Asamblea plantea que “los antioqueños deben abanderar y desarrollar la promoción de la construcción del Canal del Atrato, obra importante que el país debe realizar antes de terminar el siglo XX”, le correspondió a Daniel Valois Arce, un brillante abogado penalista y político nacido en Tadó, Chocó, quien además fue uno de los abogados que defendieron ante el Senado al general Gustavo Rojas Pinilla, retomar la idea del que sería en ese momento el tercer canal interoceánico del mundo –Golfo de Urabá al Océano Pacífico-, la cual desarrolló en un libro publicado en 1981, del que tomo estos apartes técnicos:

“Se parte de un hecho real, objetivo: la ruta más estudiada –Atrato, Truandó, Coredó-, tiene dos sectores: el primero, Atrato-Truandó-, de 137 kms., es un canal natural en el cual no existe dificultad para adecuarlo a la navegación intensa de barcos de todo tonelaje y tamaño. El segundo sector –Truandó-Coredó-, de 26 kilómetros es, propiamente, el canal para excavar”.

En 1980 Carlos Arturo Caicedo Licona publica el libro El Chocó por dentro, donde habla de una Junta Cívica Pro-Canal del Atrato que funcionó en Bogotá.

De manera que el asunto no es nuevo porque viene desde Bolívar quien, antes de viajar a Perú en 1822 dio órdenes expresas para la apertura del Canal del Chocó, como lo prueban los documentos originales aportados por Daniel Valois Arce, cuya obra completa ha sido relegada por sus posiciones críticas al establecimiento.

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