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Confinamiento político ideológico
El confinamiento físico es indudablemente necesario en estos eventos.
Miércoles, 15 de Abril de 2020

Se necesitó que la bomba de una pandemia cayera sobre la humanidad  para darnos cuenta de lo vulnerables que somos y de la total ausencia de criterio preventivo; aunque la ciencia ha avanzado significativamente hacia horizontes de progreso en materia de salud pública y en general en el aspecto científico, no lo hemos hecho en el campo de la prevención y la solidaridad. El voraz consumismo y la depredadora economía en donde el que manda es el que más tenga y acapare y concentre el poder; los demás son solo súbditos y obedientes subordinados.

El confinamiento físico es indudablemente necesario en estos eventos; los saben y muy bien lo han aplicado las autoridades, preocupadas por salvar a sus súbditos de una mal mayor  y en donde ellas mismas quedarían expuestas al escarmiento público.

No se ha salvado el llamado primer mundo o vanguardista. Pero lo más seguro es que ellos saldrán airosos porque los recursos son suficientes y son manejados con responsabilidad  y buen criterio. Los del tercer mundo o países en vía de desarrollo, se verán obligados a utilizar una buena dosis de autoritarismo y cadenas de oración para salir del embrollo. 

La base de la salud de un pueblo comienza en el sector educativo; de allí saldrán los trabajadores y su séquito de colaboradores que mantendrán el adecuado equilibrio entre salud y enfermedad. La educación en  este país en vías de desarrollo hace rato que quedó en manos de los particulares con consecuencias dolorosas en cuestión de analfabetismo y mala calidad ; los sobrecostos están desbordados por cuenta de inescrupulosos comerciantes y la indolencia de las autoridades. En las instituciones públicas, la gratuidad es un decir. La deserción va pegada del hambre y de las necesidades básicas que hay que cubrir y obligan a los niños y adolescentes a salir de sus casas a conseguir para ayudar. Ni hablar de los raponeros del PAE  y otros programas que se supone, pretenden mitigar las necesidades de los escolares. El enorme abismo que cada vez se profundiza más entre lo público y privado en materia de estudios superiores solo deja espacio para una mínima porción del conglomerado estudiantil. Una simple muestra está 
en la demagogia del presidente nobel de paz con su insulso programa SER PILO PAGA que ya es cuento del pasado pero que le sirvió para escalar peldaños hacia la cumbre del inmerecido NOBEL DE LA PAZ.

Los países vanguardistas saldrán de su grave problema en poco tiempo y ojalá que el nuestro lo pueda hacer pronto porque de lo contrario el colapso económico sería de larga y dolorosa recuperación. Pero el pesimismo aflora cuando repasamos la situación en tiempos de “no pandemia” , porque no son ni siquiera normales. El manejo en lo político, lo económico y en lo social, no es el mejor y no lo ha sido ni lo será en mucho tiempo; el gen depredador de nuestros dirigentes no cambia ni cambiará en mucho tiempo. Es como el mismo virus que nos ataca: está enquistado en lo profundo de las células y desde allí actúa desorganizando sus íntimas estructuras y matándolas.

El pueblo, allá abajo, esperanzado y paciente, manejado hábilmente por medio de trucos, triquiñuelas, voto popular, referéndums, cadenas de oración y apoyados por una religión que lo adoctrina en la sumisión y el arrodillamiento, seguirá sumido en el oscurantismo que arrasó en la edad media a buena parte del mundo. Ellos salieron y avanzaron hacia el vanguardismo y la prosperidad de los pueblos. 

Un abrazo de solidaridad para el cuerpo de combatientes de la salud. Son héroes no solo en esta situación. Lo vienen siendo desde décadas de maltrato y de ignominiosas condiciones laborales impuestas  por el voraz capitalismo y con la anuencia de los gobernantes y sus áulicos depredadores.

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