Con la compilación de su columna de opinión Notas al margen, publicada en La Opinión y El Tiempo desde los años 60 del siglo XX, José Neira Rey ha hecho un libro, en el cual está plasmada buena parte de la realidad regional.

El siguiente es el prólogo que escribí para esa obra:

José Neira Rey ha asumido en lo público tareas que apuestan al sostenimiento de una dinámica especial en la construcción de región, referida al Oriente Colombiano y la zona fronteriza de Colombia y Venezuela, principalmente. A este respecto ha hecho propuestas concretas y las ha defendido durante todo el tiempo en que le ha correspondido intervenir en los diferentes escenarios propios de sus actividades. En las organizaciones gremiales de las cuales ha hecho parte, en los cargos oficiales a que ha sido vinculado y en los medios de prensa y radio, Neira ha sustentado proyectos que estima fundamentales para superar atrasos y generar cambios en las condiciones de vida y en el desarrollo económico y social. No lo hace en función de ningún interés particular sino con la convicción de que los recursos comunes deben tener un aprovechamiento óptimo para beneficio general.

Es admirable que durante cuatro décadas su insistencia en los propósitos que promueve sea igual. Lo cual se debe a que no pierde vigencia lo que expone, sin que ello implique caer en dogmatismos o no aceptar ajustes que el paso del tiempo impone. Un repaso atento a sus numerosas columnas de opinión lleva a la conclusión de que nunca pierde el hilo respecto a sus iniciativas. Hay continuidad en la visión con que enfoca las posibilidades y la realidad. Tiene la certeza de que alcanzando lo que se busca se solucionan problemas, se satisfacen necesidades, se irriga el progreso, se rompen los obstáculos que impiden avanzar y se activan las fuentes generadoras de una economía de bienestar.

Desde las páginas de La Opinión de Cúcuta y El Tiempo de Bogotá, Neira ha hecho ver las posibilidades que tiene la región y por lo tanto les ha planteado a los diferentes sectores la conveniencia de no repetir errores y de abandonar los gastados esquemas del facilismo o de la improvisación y de fijar metas de mayor alcance, a largo plazo, perdiéndole el miedo a los retos que implican dejar de un lado el conformismo y la pasividad. Desde la emisora La Voz de la Gran Colombia que estuvo bajo su dirección durante 30 años, mantuvo igual interés en la promoción de sus ideas y sus propuestas. El radioperiódico El Tribunal del Pueblo le sirvió de canal para llevar a los oyentes de diferentes estratos tanto los hechos cotidianos como la interpretación de los mismos y el enfoque del rumbo que debía tener la región.

Su buen conocimiento del entorno le ha servido para trabajar en el ordenamiento de una serie de iniciativas de alcance económico y social. La integración fronteriza está en el repertorio de su agenda. También la creación de un banco que canalice los recursos regionales y los utilice para impulsar empresas que fortalezcan la producción en todas sus variables o la construcción de un parque binacional de recreación, o el aprovechamiento de los recursos hídricos para el suministro de agua potable a comunidades fronterizas de Colombia y Venezuela. O la unión de las universidades a través de programas académicos orientados a la formación de profesionales con espíritu de cooperación en forma recíproca. Ajeno a los tráficos de la política, sin ser indiferente a esta, José Neira Rey actúa con criterio independiente. No está amarrado a ninguna vertiente. No lo trasnochan los afanes electorales. Pero en cambio, pone toda su atención en los asuntos que en una u otra forma afectan a la comunidad. Este mismo talante lo tie
ne en el ejercicio del periodismo, el cual le sirve para enfocar la realidad y las posibilidades regionales, principalmente, en sus tantas columnas, muchas de las cuales hacen parte de este libro, que se constituye en una especie de memoria de una época. Son las luces con que un periodista alumbra la vida de la región y aporta importanteselementos para mejorar y fortalecer su construcción.

Puntada

Es una lamentable frustración que Colombia y Venezuela en vez de estar construyendo integración sean llevadas por sus gobernantes a una confrontación contraria al interés de sus pueblos