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D-10
El mamertismo colombiano y sus aliados latinos serían felices que al BID llegará un político de izquierda radical.
Viernes, 28 de Agosto de 2020

Siguiendo el sainete de la elección del nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que Estados Unidos quiere entrar a dirigir, terminando la tradición que un latinoamericano fuera quien ocupará ese cargo, ha despertado en los políticos y periodistas latinos mamertos, ese antiamericanismo latente que los identifica. La última “noticia” es que veintidós expresidentes latinos piden que se aplace la elección, buscando unificar a los latinos contra el “imperio”, para impedir que se caiga ese “derecho adquirido”. 

¿Por qué es un sainete? Supongamos solo por hacer el ejercicio, ¿qué pasaría si Estados Unidos se retira del BID? Lo que pasa es que se acaba, porque ese país es el gran aportante a esa entidad. ¿Y porque los gringos aceptaban pagar la fiesta que otros disfrutaban? Porque estas instituciones se crearon en la guerra fría, bajo la geopolítica de ese momento, y Estados Unidos estaba dispuesto a financiar estos entes para que países vecinos y “amigos” no se fueran del lado soviético.

Y aunque a los gringos les costó superar la mentalidad de la guerra fría, ahora piensan que, si ellos pagan la fiesta deben ser el anfitrión, no solo en el BID sino en todos los organismos multilaterales. Y los votantes-aportantes gringos, en su mayoría, están de acuerdo. ¿Porque, qué justifica sostener entidades para que las maneje gente que en el fondo consideran a Estados Unidos no un amigo, sino una contraparte? Igual sucede con la Organización Mundial de la Salud que terminó dirigida por un político tercermundista, títere de China, alguien similar a Roy Barreras, pero etíope.

¿Y porque los latinoamericanos creen que ellos tienen el “derecho” a manejar el BID que opera con plata gringa? Porque se creyeron su discurso que los ricos deben mantener a los pobres, así sean “enemigos de clase”. El discurso mamerto de la izquierda latinoamericana es casi como una mutación genética.

El mamertismo colombiano y sus aliados latinos serían felices que al BID llegará un político de izquierda radical, algo así como un Ivan Cepeda, pero de otro país. Eso sí, todo con plata gringa. Y deberán seguir la OEA, hoy inutilizada por Cuba y las islas caribeñas filocubanas, la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos hoy manejada por la izquierdista chilena Michelle Bachelet, que tan suave ha sido con la Venezuela chavista, y otros entes multilaterales. 

El edificio multilateral que la izquierda logró capturar por el temor gringo a perder la guerra fría va a desaparecer, además porque la nueva realidad mundial de centro en el Asia-Pacífico y no en Europa, así lo exige. Grupos como el propuesto por el primer ministro inglés Boris Johnson, el D-10, recoge dos realidades del mundo postguerra fría: que los grupos deban ser ideológicamente afines y que tengan agenda común. Por eso en el D-10 no entran ni Rusia ni China. Y todos ponen, no como en los organismos multilaterales de hoy, en que unos compran la vaca y los enemigos de ellos se maman la leche.  El D10 es el G7, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Japón, más la nueva realidad Asia-Pacífico: Corea del Sur, India y Australia. Todos profesan y defienden los principios de la democracia liberal y deberán enfrentar los enemigos de ella. “Un grupo de democracias capaces, comprometidas y cohesionadas que reúnan voluntad política y recursos reales”, como lo expresaron Edward Fishman y Siddharth Mohandas en Foreign Affairs. Trump quería incluir a Rusia para evitar que se alineara con China, pero las razones de los demás fueron poderosas: Rusia no es una democracia, es un país de ingreso medio y perfil tercermundista, fue echado del G7 por invadir Crimea y atacar Ucrania, y porque China en realidad es un peligro real para la Rusia asiática, así que no hay necesidad de alinearlo. 

Los expresidentes son como los exconyuges: un error ya superado. Y deberían seguir el consejo del rey español emérito, ¿Por qué no se callan?

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