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Del secesionismo
Alguna vez leí en una revista de Derecho que los antioqueños tienen conciencia de soberanía sobre sus propios recursos económicos.
Lunes, 23 de Octubre de 2017

Mucho se ha hablado en estos días del intento independentista de Cataluña, allá en España, y de la reacción del gobierno central presidido por Mariano Rajoy, y aunque lo de los catalanes no es nuevo da la impresión que el gobierno ha sido sorprendido. Prueba de ello es que en 40 años de vigencia de la actual Constitución española el ahora célebre artículo 155 que faculta al Gobierno para detener esas intentonas, no obstante que algo parecido sucedió en Canarias en 1989, dicha previsión constitucional nunca fue reglamentada y hoy tratan de adivinar hasta dónde se puede llegar con las medidas a adoptar. 

Tan diferentes son -o se creen- los catalanes respecto al resto de España que el mejor ejemplo es el del famoso “sabio catalán” de Cien años de soledad -don Ramón Vinyes i Cluet-, célebre escritor que nunca quiso escribir en español sino en su amado catalán, y por ello hoy su obra es desconocida.

Ya en nuestro hemisferio, por estos días se ha recordado la alusión que hizo el coronel Hugo Chávez en un “Aló Presidente” en mayo de 2008 sobre la “Media luna venezolana”, consistente en que la oposición intentaba controlar políticamente los estados Zulia, Táchira, Mérida, Barinas y Apure, territorios continuos “que forman una especie de media luna pegada a la frontera con Colombia” para insuflar ideas secesionistas. De eso no se volvió a hablar, pero es difícil saber ahora si Chávez tenía información privilegiada, o si era una cortina de humo sobre los problemas enormes que afloraban en su país.

En Colombia, es recurrente el independentismo de Antioquia, un departamento muy organizado y con una clase dirigente competente y preparada, lo que no tenemos nosotros. Es muy conocido el caso que en el gobierno de César Gaviria Trujillo al senador nortesantandereano Félix Salcedo Baldión le correspondió como cuota política la presidencia de ISA -Interconexión Eléctrica S.A.-, y como no acá había personal competente tuvo que “adoptar” a un antioqueño, porque la preparación en nuestras universidades es para desempeñarse en dependencias municipales, y nada más. Seguro que eso cambiará algún día.

Alguna vez leí en una revista de Derecho que los antioqueños tienen conciencia de soberanía sobre sus propios recursos económicos, sentido de independencia política y profunda identificación con sus valores culturales, sus tradiciones auténticas y sus símbolos. Pero vale  preguntarse si eso es suficiente para sobrevivir independientemente. De todas maneras alguna vez un exmagistrado antioqueño publicó la Constitución de la República de Antioquia.

Por la calidad de profesionales que le ha entregado al país es admirable la Universidad de Antioquia, no obstante ser pública. Recuerdo que en mi época de estudiante de Derecho en el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, hasta donde era posible, seguían la jurisprudencia del Tribunal Superior de Medellín y no la de la Corte Suprema de Justicia. Hoy con mayor razón. 

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