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Desencuentros a 8 días de elecciones
En definitiva la democracia en Colombia y en muchos países en el mundo anda mal.
Domingo, 20 de Octubre de 2019

Hubo varias reuniones, acercamientos y aproximaciones de los candidatos a la alcaldía que le siguen en intención de voto a Jorge Acevedo para tratar de escoger a uno de ellos que pudiere enfrentarse a este último, que en un ejercicio de cálculo político y electoral era la única posibilidad de ganarle a Acevedo, pero esos acercamientos no tuvieron éxito. A ocho días de las elecciones la suerte “está echada”, las cartas están jugadas frente a lo que pueda suceder el próximo domingo. Alguien bien informado me decía que finalmente en una de las últimas reuniones, Hernando Acevedo, tratando de hacer valer su mejor opción para enfrentarse como candidato único y ganar la alcaldía, mencionó que ante todo, ya a 8 días de las elecciones esto era un asunto de plata, posición frente a la cual otro de los candidatos presentes le ripostó que él también tenía una buena chequera, y hasta ahí llegó la posibilidad de esa concertación entre los candidatos a la alcaldía.

Mientras eso pasa en la alcaldía, la investigación de la fiscalía que condujo a allanar las instalaciones de la gobernación por parte de agentes del CTI, corresponde a una investigación que seguramente arrojará lo que todo el mundo sabe, lo que resulta inocultable: los malos manejos en algunos contratos del departamento que llevaron a la suspensión del gobernador por parte de la procuraduría, pero que finalmente, está tan desbordada la corrupción y los malos manejos de algunos funcionarios que ya las decisiones de los entes de control resultan ser ineficaces frente a lo que sucede. Peor aún, que ahora con la investigación que la procuraduría le inicia a Silvano por modificación irregular a la planta de personal, ni para imaginar elegir un gobernador el próximo domingo y que corra el riesgo de ser suspendido en los próximos meses del próximo año. 

En definitiva la democracia en Colombia y en muchos países en el mundo anda mal. En estos días hubo unas declaraciones del Fiscal General de la Nación encargado, doctor Fabio Espitia, funcionario serio y con credibilidad muy distinto al nefasto Néstor Humberto que antecedió, expresando que una de las fuentes de corrupción que hoy en día había en Colombia era la propia constitución que había implementado la elección popular de alcaldes y gobernadores en el país. La de alcaldes ya venía desde 1.988. Esa es una realidad inocultable en lo que se convirtieron en muchas regiones del país estas elecciones populares. La fundación Paz y Reconciliación expresaba que en 12 departamentos del país ya no tiene sentido hacer elecciones porque ya se sabe quiénes son los gobernadores y alcaldes. Eso equivale al 37.5% del país en donde ya está demostrado que la democracia local fracasó. 

Las gobernaciones y las alcaldías en muchas zonas del país se convirtieron en un botín muy apetecido y rentable, por eso en alguna ocasión el tristemente célebre ex senador Martínez del Valle del Cauca llegó a decir que “una alcaldía era mejor y más rentable que un embarque de coca” . Así se asume y así se hace política. Hace pocos días un periodista me decía que en alguna ocasión le preguntó a William Villamizar qué era hacer política, a lo que contestó, que política era saber dónde estaban los votos y cuanto valían. Así de simple, de contundente y real se ha convertido la democracia local en el país a casi 30 años de expedida la constitución del 91.

Quizás uno de los pocos países que nos superan en esa desfachatez y estado de cosas en la que se convirtieron las elecciones populares en Colombia, seguramente el único país que nos supera es Méjico, en donde el poder del narcotráfico llegó a demostrar su influencia y dimensión que una vez capturado el hijo del “Chapo”, el propio presidente debió dar la orden de que lo liberaran. En varios de los 12 departamentos de Colombia en los que ya no tiene sentido hacer elecciones, el poder y los dineros del narcotráfico son tan contundentes, que las elecciones es saber cuánto valen los votos. Por eso, a 8 días de las elecciones, los desencuentros que tendremos que seguir viviendo en el país serán muchos y permanentes. Cada vez más hacer política sana es un espejismo e ilusión en un país de cafres, como decía Echandía.

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