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Dos opciones políticas

La otra opción política es la de Duque, a quien se le acusa injustificadamente que, de salir las cosas bien, gobernará como “títere” de su mentor. 

La característica de esta contienda electoral en desarrollo es el ingreso pleno de la izquierda en la conquista del poder, y lo ha hecho con dos coaliciones: Coalición Colombia, liderada por Sergio Fajardo, Jorge Robledo y Claudia López; y Colombia Humana, la bandera y consigna de que se valió Gustavo Petro como alcalde para desorganizar a Bogotá, y ahora quiere trasplantarlo al resto del país para formar un caos nacional. 

Lo peor de todo es que mucha gente entendida, a sabiendas de lo que se nos viene encima, lo sigue.

¿Qué es lo que se nos viene encima? Luego de las elecciones parlamentarias del pasado 11 de marzo la prensa nacional hacía alharaca que la tal bandera del castrochavismo había quedado arriada porque no pasó nada de lo que presagiaban desde alguna formación política. 

De pronto es cierto por algunas características del proceso eleccionario de ese día, pero nadie puede negar que inmediatamente esa bandera la recogió el candidato de la Colombia Humana -Gustavo Petro- y en los medios empezó a esbozar lo que sería un supuesto gobierno suyo, entre otros puntos, la convocatoria de una Constituyente al día siguiente de su posesión, expropiaciones a granel -seguramente sin indemnización- y un programa de gobierno que necesita varios periodos presidenciales consecutivos. 

En este último caso es donde está la justificación de la convocatoria de la Asamblea Constituyente petrista, como se lo dio a entender el mismo Petro al periodista Darío Arizmendi, la cual conlleva también la concentración del poder, restricción en la fundación de medios de comunicación y el ataque inmisericorde a las libertades de prensa y expresión. 

En otras palabras, Petro llega a quedarse. Al fin y al cabo ese es un postulado del socialismo del siglo XXI, con lo cual le daría oxígeno a Venezuela y Cuba.

Ahora bien, la otra opción política es la de Duque, a quien se le acusa injustificadamente que, de salir las cosas bien, gobernará como “títere” de su mentor. 

De pronto eso era cierto en las elecciones presidenciales de 2014, cuando existía el Centro Democrático con un jefe único y un candidato único. 

Hoy la tesis está muy alejada de la realidad si tenemos en cuenta que el Centro Democrático no está solo, es parte de una coalición democrática, técnicamente denominada de centroderecha, donde participan un sector del partido conservador que lidera el expresidente Andrés Pastrana Arango, el movimiento político Mira, otro sector del exprocurador Alejandro Ordóñez Maldonado, entre otros. 

Son acuerdos programáticos que hay que cumplir. Ahora bien, todo lo dicho corresponde a como están planteadas las cosas a la fecha.

Lunes, 14 de Mayo de 2018
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