Es la mejor herencia y modelo que dejas a tus hijos y a tu generación futura; el buen ejemplo se constituye en una bandera de la familia, la sociedad y la humanidad. Sin embargo, has oído decir muchas veces que se han perdido los VALORES. No, no se han perdido, sencillamente no se han enseñado y mucho menos cultivado en el seno del hogar. Actualmente, la niñez y la juventud han venido recibiendo los diferentes contenidos de la tecnología y de la ciencia que, por cierto, en algunos casos, cuando hay ausencia de orientación y control del tiempo, resultan nocivos y muy poco constructivos para su enriquecimiento espiritual y personalidad. Lo mismo sucede con la mala crianza y el mal ejemplo por parte de algunos padres, quienes no estaban preparados para el rol que les ha tocado asumir como orientadores.
Hoy en día, el fenómeno de “los hijos de papi y mami” ha comenzado a estar en boga, no sólo entre los hijos de algunos millonarios o de los nuevos ricos; sino también entre los hijos de familia de la clase media alta trabajadora. Esta generación de niños y jóvenes son criados con todos los privilegios y dentro de los programas de la tele realidad, que crean la falsa sensación de poderlo y comprarlo todo sin el menor esfuerzo. No hay que ir muy lejos, para constatar que existe la generación de “los hijos de papi y mami” porque en la mayoría de los hogares, los padres con la excusa de los compromisos laborales y su falta de tiempo, les dan y les alcahuetean todo; les permiten toda clase de abusos emocionales con compañeros, maestros, vecinos y hasta con los miembros de su misma familia.
Casi en todos los escenarios de la sociedad, encontramos niños y jóvenes mal educados, desadaptados y de comportamiento anormal y reprochable. Ante estas actitudes, los padres se hacen sordos y mudos, sobre las quejas y observaciones que les dan los maestros, amigos y familiares de estos chicos. De ahí, que los niños criados con exceso de permisividad y con la sensación de ser el centro del mundo, podrían sufrir del síndrome de la “ricopatía” o sea, el niño que por tenerlo todo en exceso padece de trastornos que dañan el desarrollo de su personalidad y del convivir.
La ausencia del buen ejemplo o de una adecuada formación de VALORES de los padres para con sus hijos, se refleja en el entorno familiar y social. Del buen ejemplo que dan los progenitores a sus hijos, dependerá el fruto de lo que recogerán el día de mañana y será el mejor legado que les pueden dejar. Como también el pasaporte para entrar en el campo formativo de TARA´DOS (la paz) y de ELEXIER (Amor). Por lo anterior, te invito a ser:
Buen padre.
Buen maestro.
Buen formador
Y buen Amigo.
Recuerda siempre que los hijos escogen a sus padres y éstos aceptan serlo. Al venir a este mundo, se hace un acuerdo que queda plasmado en el Libro de la Vida.
Deja siempre la huella del buen ejemplo a tu descendencia en este planeta y de esta forma, tu familia y tu generación serán integrantes de la Familia Azul Dorado de la Luz.
Hay que felicitar a los padres, que han dado todo de sí, han hecho lo mejor para sacar hijos con VALORES y con grandes frutos espirituales y materiales. Son padres formadores que, sin lugar a dudas, tendrán un espacio muy, pero muy especial en EL SHADDEI (Campo Divino) y en el Corazón del Padre Rey y Señor del Universo.
AN´ANASHA. SO´HAM
