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El mal genio
Motivos es lo que hay para perder la paciencia, una virtud que nos tenemos los colombianos.
Viernes, 28 de Agosto de 2020

Un querido colega, Gonzalo Castellanos, de quien me alejó enfermedad con nombre alemán, tuvo la genial idea de poner sobre el tapete uno de los peores defectos de los colombianos, el mal genio, que es la causa de muchos males, entre ellos los deficientes gobiernos y los enfrentamientos entre dirigentes políticos, que pelean por la supremacía en las urnas, con las obvias consecuencias de nuestro atraso y la escasez de programas que nos beneficien por igual a todos los colombianos. 

El amigo Gonzalo, que pasó por todos los cargos que puede desempeñar un comunicador, inclusive el manejo del complicado linotipo, que ya desapareció y fue reemplazado por el computador, se puso en la tarea de divulgar las razones por la cuales los colombianos perdemos los estribos y cometemos toda clase de estupideces, entre ellas sufragar por personajes que solo tienen en  la cabeza llenar sus bolsillos o convertirnos en una sucursal de la fracasada revolución bolivariana de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro. o en una mala copia de la Alemania de Hitler o el Chile de Pinochet.

En fin, Gonzalo, hermano y padre de comunicadores, se tomó el trabajo de investigar todas las semanas las causas por las cuales los colombianos viven con los nervios de punta- Y llegó a la conclusión de que existen miles de motivos, desde los más sencillos hasta los más complicados. Por ejemplo, concluyó que los colombianos estallamos cuando nos demoran en resolver una queja o cuando es muy larga la cola en los bancos. O ahora, cuando le informan que es uno de los tantos colombianos a los que ha tocado la suerte de conseguir una cita donde el especialista, que a  veces se demora varios meses.

También nos daña el genio la espera en un call center mientras deseamos la respuesta de anónima funcionaria que nos comunica, con vez amable, que la cita que esperamos nos ha sido otorgada para dentro de tres meses, o que la agenda está llena y vuelva a llamar el año entrante.       

Motivos es lo que hay para perder la paciencia, una virtud que nos tenemos los colombianos, acostumbrados a que nos atiendan con la velocidad del rayo.  Y ahora, para agravar la situación, el gobierno está anunciando que la pesadilla de la cuarentena no ha acabado: será rotativa y seguirá hasta que San Juan agache el dedo, como se decía popularmente cuando el virus chino no había aparecido en nuestras vidas.

En vista de que el problema del coronavirus no da muestras de acabarse sino que es más eterno que el expresidente Uribe, toca adoptar lo único inteligente: paciencia y maldecir pasito o imitar al Presidente Duque: encomendarnos a la Virgen de Chiquinquirá. 

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