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El miedo
Una emoción más de la naturaleza humana, mal gestionado genera más violencia, y más miedo.
Jueves, 24 de Agosto de 2017

El miedo es causado por una reacción biológica. En 2015 las universidades de Pensilvania y de Yale confirmaron que en la amígdala cerebral que está ubicada en el lóbulo temporal, es donde se alojan las emociones negativas; entre ellas, el miedo. Este año, el Instituto Tecnológico de Massachusetts va más allá y demuestra que en este mismo circuito cerebral también se generan las emociones positivas. Las emociones son intrínsecas a la naturaleza humana. Son inevitables. El miedo, al igual que las otras, es parte de lo que somos. 

Acabo de leer una columna del escritor español José María Callejas. Propone, luego de los atentados en Barcelona, que “superar el miedo es la primera victoria frente al terrorismo por parte de los ciudadanos. Podemos tener miedo, pero debemos tener más dignidad que miedo”. Al leerla fue inevitable recordar una conversación que tuve con un estudiante en Tibú la semana pasada; el joven, después de los últimos ataques a la policía en este municipio, me indicó, y lo cito textual, “que esto no era nuevo allá, pero que ellos eran más fuertes que eso. Que muchos miedos los habían vuelto obras de arte, murales, para rechazar la violencia”. 

La gestión del miedo. La Revista de la National Geographic en su artículo ¿En qué consiste el miedo?, plantea que esta emoción es generadora y culpable de guerras, pero también inspiradora de arte y un apoyo en nuestra supervivencia. Aceptarlo y transformarlo; no evadirlo. Comprender que somos frágiles y vulnerables, y que a partir de allí es que pueden pensarse escenarios para transformarlo. Y lo más importante, como lo plantea la filósofa Martha Nussbaum, comprender que las emociones no pueden ser expulsadas del ámbito del razonamiento, ya que el razonamiento se construye fundamentalmente a través de las emociones. 

El miedo, una emoción más de la naturaleza humana, mal gestionado genera más violencia, y más miedo. Es un círculo vicioso. Si bien es cierto que en el mundo, según el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET) se registran 939 atentados en 2017, no debe olvidarse que como lo advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “el hambre mata a más personas que la guerra o el terrorismo”. Y Vicent Martínez Guzmán, recuerda que “una mala gestión del miedo como la que se produce a raíz del 11-S, está en la base de muchas de las acciones de guerra y todo tipo de violencia que actualmente estamos viviendo”. 

Tengo grabada la mirada de esperanza del estudiante de Tibú, porque aunque los sucesos de violencia de este lugar guardan diferencias en muchos aspectos respecto a lo que hoy se vive en otras latitudes, el miedo que se ha hecho colectivo durante años en el Catatumbo es similar: temor a la violencia, temor que los violentos usan para que se legitime más violencia. Y conocer a un estudiante que ha comprendido que el miedo puede trascender a formas no violentas, alimenta la esperanza. 

Vendaje. Muy recomendada la película “Ha Vuelto” dirigida por David Wnendt, donde se realiza una sátira imaginando lo que pasaría si hoy Hitler volviera. Al final, la historia nos lleva a comprender que el miedo una vez más legitimaría lo que tanto hemos cuestionado del holocausto nazi. También, en esta misma línea, recomendado el libro “Podemos hacer las paces : reflexiones éticas tras el 11-S y el 11-M”, donde se hace un muy buen análisis de cómo podemos afrontar escenarios de violencia a partir de formas constructivas de apoyar la paz.

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