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Escenarios de guerra
No nos podemos llamar a engaño, el país está en peligro por amenazas externas e internas. 
Viernes, 5 de Octubre de 2018

Es común, en todas las fuerzas militares del mundo, preparar escenarios de guerra, para que, en caso de una confrontación, que nadie desea, el país esté preparado para ello. Ahí se aplica la frase de preparémonos para lo peor esperando lo mejor.

Que Colombia tenga un plan de escenario bélico con Venezuela, ante el derrumbamiento de esa dictadura, es apenas un acto de sensatez; no hacerlo, sería un claro acto de irresponsabilidad criminal. Ante el anuncio de inversión en sistemas de defensa aérea, el mamertismo nacional ha puesto el grito en el cielo, ante lo que muestran como una “escalada armamentista”. Pero esa actitud de la izquierda hay que tratarla con toda la seriedad posible, pues Colombia, en caso de un problema bélico con Venezuela, cuenta en su interior con quintas columnas (traidores a la patria), algunas declaradas abiertamente como el ELN, y es de presumir que en ese grupo están también las farc (legales y “disidencias”), y uno que otro líder de izquierda, quienes aún ven en Venezuela el modelo a seguir para Colombia. Y como aquí no solo no hay un procedimiento para el delito de traición a la patria, sino que es bien probable que las cortes ante cualquier intento de neutralizar estos “infiltrados”, saque jurisprudencia defendiéndolos en aras de defender el estado social de derecho, es aún más perentorio contar con un plan a detalle en caso que los venezolanos intenten desviar la atención de un problema interno a costa del país. No le basto al mamertismo nacional, medios de comunicación incluidos, que Santos les regalará la frontera al cartel de los soles, ni que permitiera convertir el Catatumbo en una guarida de todo tipo de crimen transnacional, sino que ahora piden que bajemos las manos para que a esos mismos bandidos de la fuerza armada nacional venezolana, les quede más fácil intentar una acción bélica.

No nos podemos llamar a engaño, el país está en peligro por amenazas externas e internas;por eso debemos estar vigilantes y no seguir los aullidos de los quintacolumnistas. Y es increíble oír a personajes como Gustavo Bolívar, anunciando la tercera guerra mundial, pues en caso que Estados Unidos opere contra Venezuela, dice el brillante congresista de Petro, atacarían a esa potencia coordinadamente China y Rusia. Estos dos países son rivales históricos, por si no sabía;China no reaccionó ante los ataques de Trumpa Core del Norte, su alfil estratégico en el pacifico asiático, su objetivo central. Y Rusia tampoco lo hizó cuando se atacó a Siria, su principal aliado en oriente medio. En fin, parece que Bolívar sabe es de narcos, no de geopolítica. Venezuela no es central en el centro del mundo, hoy ubicado en el pacifico asiático; solo en Unasur.

Una intervención militar coordinada permitiría que el pueblo venezolano se tomara las calles sin que tengan que aparecer desarmados (que es lo que defienden los maduristas de aquí y de allá) frente a asesinos populares, como la guardia nacional venezolana, la fuerza armada nacional y los paramilitares, que montaron los cubanos, y que llaman combos. Esos cobardes, al tener que enfrentarse a soldados reales, es bastante posible que opongan mínima resistencia, por lo que la supuesta “guerra” sería muy limitada en el tiempo. Casi ningún país reconoció la última “elección” que eligió a Maduro, en consecuencia,ante la comunidad internacional no es un gobierno legítimo el que se está derrocando, sino una dictadura impuesta. Y los líderes de ella no son soldados y gobernantes, sino criminales, y como tal deben ser tratados.

Y en cuanto a Cúcuta y la frontera, se le debe reiterar al actual gobierno la necesidad de contar con una fuerza militar correspondiente a las amenazas a que está sometida, como hemos mencionado varias veces en esta columna. Igualmente, insistir en soluciones estructurales diferentes a la “ayuda humanitaria” que durante ocho años nos prestó el gobierno Santos. Y en la urgencia de construir la carretera marginal del Catatumbo, como proyecto de seguridad nacional y en cabeza de los ingenieros militares; eso también lo hemos planteado desde este espacio. Sin esa carretera, el Catatumbo seguirá siendo un lugar solo accesible a los bandidos.Si no lo hemos entendido los cucuteños, cualquier conflicto con Venezuela iniciará en la ciudad. Ya no es solamente “asunto” de desarrollo, es de supervivencia. No es rogar al gobierno nacional, es exigir.

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