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¡Hagamos algo!
Surgió la idea de convocar a unas tertulias en las que se puedan expresar las ideas de una manera abierta y, en consecuencia, proponer acciones concretas.
Sábado, 23 de Diciembre de 2017

En Colombia está ocurriendo un fenómeno preocupante frente a los males que la afectan, de los que son protuberantes la corrupción, la pérdida de valores y el descrédito de las instituciones. Este fenómeno es la impotencia de los ciudadanos comunes, que cada vez se ven más ausentes de las decisiones principales para el funcionamiento de la sociedad.

La participación ciudadana ha ido siendo atrapada por quienes se apropian de los cargos de elección en los cuerpos colegiados, en la administración pública, en la justicia, dentro de un proceso en el que lo más decisorio es el dinero. La consecuencia de ello es que parece que dichas dignidades fueran compradas y el beneficiario las usara como cosa propia.

Como resultado, la apatía invade a la sociedad que va quedando como simple espectadora del acontecer nacional, afectada con medidas de todo género. Así, el poder ha dejado de ser instrumento para el imperio del bien común.

No obstante, hay grupos de personas que quisieran contribuir a cambiar en algo este estado de cosas comenzando por intercambiar ideas, discutir formas de acción o pronunciarse públicamente sobre diversos tópicos, y no precisamente para participar en política sino para alzar una voz desde el ámbito de la sociedad civil.

Hace unos días, en la casa de una distinguida cucuteña se abordó este asunto porque, sin lugar a dudas, en el interior de muchos colombianos palpita esa preocupación al ver cómo la inseguridad se ha apoderado de las ciudades, la pobreza aumenta y la deshonestidad se ha apropiado del Estado.

Surgió la idea de convocar a unas tertulias en las que se puedan expresar las ideas de una manera abierta y, en consecuencia, proponer acciones concretas. En esencia, hacer algo para no permanecer con los brazos caídos, simplemente expectantes ante lo que pasa en nuestro entorno.

Quisiéramos que se pudiera abrir ese espacio de donde surgieran propuestas de actividades cívicas o de estudio, y al que acudan personas que contribuyan con su conocimiento a entender mejor nuestra realidad. 

En los días finales de la época colonial colombiana, cuando arreciaba la represión de la corona española, surgieron las tertulias en las que se fue ambientando lo que sería la insurrección revolucionaria de independencia.

Cúcuta y Norte de Santander están viviendo uno de los momentos más difíciles por los golpes que se han dando y se siguen dando a la actividad fronteriza, y por la presencia del narcotráfico y la violencia derivada de él. Debemos hacer algo para contribuir a mejorar la vida regional ya que los gobiernos centrales parecen desentendidos de los problemas que la aquejan. 

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