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¿Hay peligro de caer en el comunismo?
Cuando se generaliza y no se analiza, es fácil confundir y convencer.
Viernes, 6 de Julio de 2018

La alta votación que obtuvo Gustavo Petro en la segunda vuelta electoral por la presidencia de la República me hace responder que sí. Y no porque esos ocho millones de votos sean de comunistas, porque hasta una anciana maestra que conozco y que se prepara para ingresar a un convento le dio el suyo (ella ignoraba que Petro hubiera sido guerrillero, su ateísmo, el holocausto del palacio de Justicia, el secuestro de Álvaro Gómez Hurtado por el M.19, el asesinato de José Raquel Mercado, etc.). 

Hay peligro de caer en el comunismo y no por las razones de los que en él creen: que los viejos partidos políticos están desprestigiados, que la corrupción, que la desigualdad, que ya es hora de un cambio, etc., lo cual suena bonito y encantador para todo el mundo. Cuando se generaliza y no se analiza, es fácil confundir y convencer. 

No. Creo que existen otras razones que ponen en peligro nuestra democracia liberal, la libertad civil, la libertad política, social y religiosa, la libre empresa y  la propiedad privada. Sucintamente son: la fiebre juvenil, la ignorancia, la manipulación, la violencia por imponer tal ideología, y el lucro personal. 

En cuanto a la fiebre juvenil, todo está dicho en la sentencia de  Winston Churchill y Willy Brandt: “Quien de joven no es comunista, es que no tiene corazón. Quien de viejo es comunista, es que no tiene cabeza”.

Respecto al lucro personal, me quedé asombrado por las palabras de un alto oficial de la Policía Nacional al comentar ladinamente que así como en Venezuela las Fuerzas Armadas gozaban de todos los privilegios sociales y económicos a cambio de sostener primero a Chávez y ahora a Maduro, así en Colombia ellos podrían estar al mismo nivel de sus colegas de al lado al apoyar a  Petro. Confesó que no lee sino la revista Semana.  

Otros compatriotas no entran en Internet para averiguar sobre el tema, cuestionar e ilustrarse, no leen diversos periódicos y revistas, no ven distintos canales de televisión, y no dialogan con personas de diferentes ideologías, por lo que son fácil presa de quienes las halagan con la promesa de un paraíso terrenal sin necesidad de trabajar porque el Estado les dará todo. Mucho menos se llegan a enterar de que tales promeseros han violado niñas, han secuestrado, han incendiado y han asesinado, en nombre de una revolución a favor del pueblo. 

Otros conciudadanos viven en zonas en donde los grupos de credo comunista los someten a punta de fusil y los obligan a votar  por sus candidatos. 

Y otros – idiotas útiles - son miembros de sindicatos cuya dependencia del partido comunista  o de sus brazos armados, es un secreto a voces. 

Se dice que los propiamente comunistas quizá lleguen a los 500.000 en Colombia; no más. Así, los compatriotas de los demás grupos arriba mencionados conforman esa mole que, contradiciendo su condición de católicos hasta de comunión diaria, cristianos de todas las denominaciones, verdaderos trabajadores, creadores de pequeñas y medianas empresas, y personas desprevenidas, puede montar a un comunista en el poder. 

orlandoclavijotorrado@yahoo.es

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