¿Piensa usted que Instagram es solo una red social vacía, superficial, frívola?. Maya Kovachi, una joven que está recreando la vida de la niña judía Éva Heyman antes de que fuera enviada a las cámaras de gas en Auschwitz, nos demuestra que no. Así como usamos la cámara de nuestro celular y compartimos selfies, paisajes, comida, viajes, Maya se ha propuesto el objetivo de mostrar a las nuevas generaciones, en directo, una idea (desde su perspectiva) de lo que fue el genocidio judío de hace 70 años.
Imaginen cuando alguien transmite en directo a través Instagram o en Facebook parte de un concierto, un partido de fútbol, un evento cualquiera... Pues bien, esto es lo que hace Maya Kovachi. De allí que la iniciativa parta de una pregunta: ¿Qué hubiera pasado si una niña hubiera tenido Instagram durante el Holocausto? ¿Se imaginan? Una niña que en directo transmite y relata sus propias sensaciones frente a los hechos ocurridos en en ese momento.
¿Y quién esa era niña? ¿En quién está inspirada la iniciativa? Como se dijo al inicio, en Éva Heyman: la escritora adolescente judía-húngara que, a los trece años, escribió en su diario lo vivido durante el curso de la II Guerra Mundial. Quiso ser fotógrafa, pero no llegó a serlo por cuenta de la Alemania Nazi quien le quitó la vida el 17 de octubre de 1944. “Si queremos que las nuevas generaciones no olviden en la era digital, tenemos que llevar el mensaje donde ellos están”, han afirmado a varios medios a nivel mundial quienes lideran la iniciativa. (Para ver sus historias, @eva.stories).
Y es que Instagram se viene consolidando como una de las redes sociales con mayor crecimiento. Según un estudio de este año realizado por el Global Digital Overview, una de las instituciones más prestigiosas a nivel de sus publicaciones de comportamientos frente al uso de internet, más de 1.000 millones de usuarios de diferentes rangos de edad están conectados a esta red. Ahora bien; la población que más la utiliza, está entre los 18 y 24 años. El impacto de Instagram está en ascenso, principalmente en población juvenil, y Maya Kovachi lo sabe.
Al respecto han surgido innumerables debates que giran en torno a si los vídeos que Maya está realizando pueden constituirse como un documento serio de memoria histórica. Académicos advierten que existen sesgos, otros apoyan la iniciativa, pero lo cierto es que su cuenta ya tienen más de un millón se seguidores. Y seguirá creciendo… Hasta el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue de los primeros políticos en respaldar la iniciativa. “Episodio a episodio, la gran tragedia de nuestro pueblo se expresa en su esencia a través de una chica, para que el mundo recuerde y comprenda”, escribió en su cuenta de Twitter. Y, como siempre, en materia de la construcción de la memoria histórica, todas las voces activan intereses, verdades e imaginarios colectivos. Estemos o no de acuerdo, configuran memoria.
Instagram, como cualquier otra red social, está teniendo un impacto inimaginable en la construcción del saber en la actualidad. No solo existen influencer que sugieren estéticas y tendencias, sino que también, como Maya, establecen perfiles históricos de determinados hechos. Instagram no es solo una red social vacía, superficial, frívola. Lo contrario; actualmente, nos demuestra que también puede ser un espacio pedagógico para difundir y visibilizar contenidos de la memoria de los pueblos.
