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Columnistas
Juego de reveses
Lo que antes era virtud ahora es defecto y el amor.
Domingo, 2 de Agosto de 2020

La sociedad actual es un juego de reveses: lo que antes era virtud ahora es defecto y el amor, que se transfería del alma a la inteligencia -como sustancia de la belleza del mundo-, ahora es fuente de materialidad.

Es necesario recuperar la verdad social, aferrarnos a las tradiciones y las costumbres clásicas, a las jornadas reflexivas para convocar de nuevo el humanismo, noble y generoso, que retorna siempre que se lo invoca.

Y progresivamente regenerarlo todo, sembrar semillas que nos enseñen a vivir de acuerdo con el tiempo bueno -ese antiguo-, con auroras de luz para iluminar la ruta a la esperanza y hacerla equidistante a los anhelos de serenidad y paz, con una polinización de los sentimientos.

De manera que es imprescindible censar los valores y reinscribir las emociones sanas en el tiempo, con una ingenuidad retrospectiva que active los fundamentos comunitarios y moldee los ciclos sublimes de la convivencia armónica.

Sin ser excesivamente moralistas –porque ya no es posible-, aún existe su eco, con dimensiones paralelas a los sueños, con signos vigentes que se reflejan en el espejo de la eternidad y captan las voces de la consciencia suprema.

La brecha que segmentó la evolución de las cualidades del ser humano, aislando las formas esenciales de la cultura, debe comenzar a cerrarse, otra vez, con una motivación ética, intelectual y educativa.

Y recurrir a la bondad de la experiencia como un patrimonio que debe cultivarse, depurarse, para constituir una libertad dual, racional y espiritual, para orientar la sabiduría hacia el centro del alma, que es el revés de la eternidad.

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