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La pasión en Cúcuta
La ciudad no está preparada para recibir esa constante avalancha de personas que llegan en condición de desamparo.
Jueves, 12 de Octubre de 2017

Las calles de Cúcuta producen compasión. No es sino detenerse a contemplar el doloroso cuadro de los desplazados venezolanos, que expulsados por la pobreza, por la falta de atención básica y por la ausencia de garantías individuales y colectivas en su país, invaden los andenes, los separadores y en general todos los espacios públicos tratando de encontrar la solidaridad de los cucuteños.

Pero en el fondo de ese drama, es necesario urgir políticas públicas que deben involucrar muy efectivamente a la Nación, para poder darle un tratamiento adecuado a ese fenómeno social. Los migrantes requieren atención en salud, alimentos, alojamiento y oportunidades de empleo y la ciudad no está preparada para recibir esa constante avalancha de personas que llegan en condición de desamparo a demandar esas urgencias.

Cúcuta es una urbe con muchos problemas sociales derivados de la coyuntura de frontera y a ellos no se le pueden agregar mas. El Gobierno Nacional debe cuanto antes crear un organismo que permita la evaluación contante del problema y propiciar la apropiación de recursos para la atención que éste requiere. Venezuela padece una crisis angustiosa en donde las calamidades afloran a cada instante y muchos no encuentran otra alternativa que tratar de pasar la frontera, en actitud desesperada, para procurar algún alivio a sus necesidades.

Los casos que a diario conocemos son dramáticos, pues además de las necesidades alimentarias, está la atención en la salud, ya que en el vecino país ni siquiera es posible acceder a los medicamentos debido al desabastecimiento tan enorme que existe, y a la falta de divisas para poder adquirirlos a los laboratorios que los producen en distintas partes del mundo.

Esa mergencia es necesario decretarla cuanto antes, para evitar una catástrofe que termianrá afectando gravemente a toda la población.

Y a todas estas, el problema del desempleo reviste caracteísticas graves para los pobladores tradicionales de la ciudad, pues los migrantes, con tal de obtener un mínimo de recursos, se emplean por cualquier cosa, sin llegar a exponer ninguna clase de exigencias, entre otras circunstancias, porque no cuentan con documentos para exigir condiciones mínimas contempladas en la ley laboral. 

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