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Las nuevas tareas legislativas
No se trata de ejercer una veeduría pasiva sino que determine los correctivos necesarios o genere cambios respecto a los manejos desviados de la público.
Sábado, 21 de Julio de 2018

Los diez congresistas oriundos de Norte Santander en el período que comenzó el 20 de julio tienen responsabilidades puntuales con la región y, claro está, con la nación. Los senadores Andrés Cristo, Juan Carlos García Gómez, Edgar Díaz, Jesús Alberto Castilla y Antonio Sanguino, así como los representantes a la Cámara, Ciro Rodríguez, Jairo Cristo, Wilmer Carrillo, Alejandro Carlos Chacón y Juan Pablo Celis, deben ser conscientes de que su tarea no puede reducirse a defender los puestos burocráticos para sus amigos o a gestionar precarias partidas para proyectos gaseosos, a veces apenas inspirados en intereses particulares o de sospechosa finalidad.

Con respecto a su región los congresistas tienen que estar informados con precisión y amplitud de los problemas que más afectan a la población. Deben conocer las necesidades insatisfechas y saber en qué están la educación, la salud, el empleo, la seguridad, las vías, las condiciones para la producción agropecuaria, el manejo de los recursos naturales y la gobernabilidad en todos los órdenes.

Y no se trata de ejercer una veeduría pasiva sino que determine los correctivos necesarios o genere cambios respecto a los manejos desviados de la público.

Es indispensable que los congresistas sean líderes en la región y que asuman esa responsabilidad con autoridad, con el mayor conocimiento de los asuntos que traten y con apego a la ética, sin la cual se corre el riesgo de caer en la degradación del manejo político.

En el conjunto de las responsabilidades que competen a los congresistas, es prioritaria la defensa de la paz, a fin de que en Colombia no se repita l desastroso capítulo del conflicto armado y todas las secuelas que deja. Construir convivencia es fortalecer la democracia. O sea, cerrar la brecha de los desacuerdos mezquinos y de factores que se convirtieron en caldo de cultivo de las violencias y de las presiones que se desbordan en represiones y autoritarismos abismales.

Cuando los congresistas se vuelven pasivos frente a la corrupción, cuando se le atraviesan a las reformas destinadas a mejorar los  fines del Estado, cuando hacen alianzas con quienes defraudan el patrimonio público, cuando se enredan en la politiquería, le causan daños a su región y al país, en general. Operan como agentes de la maleza, pues propician todo cuanto es negativo.

En el período del Congreso que se inició hay mucho por hacer. Está pendiente completar la implementación del acuerdo de paz con las Farc, un hecho histórico que no se debe subestimar y que merece entenderlo como uno de los logros más relevantes en la Colombia de todos los tiempos. Solamente la mezquindad  que lleva al menosprecio de la vida humana puede buscarle justificación a la repetición de la confrontación armada. 

A ese trabajo legislativo para el fortalecimiento democrático de Colombia pueden contribuir los congresistas de Norte Santander y hacerlo demostrando lucidez y el mejor ánimo en la solución de los problemas que agobian a la nación y por consiguiente al entorno regional.

Puntada

La amenaza contra los periodistas es el remanente de la violencia con que se ha buscado hacer trizas las libertades, los derechos y en general la democracia para que predomine el oscurantismo y el  Estado de opresión.

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