En el gobierno de Andrés Pastrana, los grupos al margen de la ley hacían y deshacían. Los secuestros y las llamadas pescas milagrosas o secuestros masivos estaban a la orden día. Durante ese cuatrienio, la guerrilla y paramilitares aumentaron enormemente su poder en amplias zonas del país. Lo que luego se traduciría en la cruenta lucha por quedarse con la zona del otro.

Los distintivos durante los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe Vélez son varios. La tremenda violación de derechos humanos; para esto no más basta recordar los miles de humildes colombianos asesinados para ser pasados por bajas de la guerrilla. La discreta, pero efectiva, coacción a los periodistas; para rememorar esto, solo buscar en Youtube las no pocas veces en que presidente, a la hora de una entrevista, no disimuló el disgusto por la pregunta y terminó regañando al que lo entrevistaba. 

Del gobierno de Uribe también son representativas las equívocas políticas para generar empleo; como la de eliminar las horas extras. Durante esa época los indicadores económicos se mostraron positivos, pero no se tradujeron en generación de empleo. Durante esos ocho años todo aquel que se opusiera al gobierno era considerado de izquierda y guerrillero, y los paramilitares lo consideraban objetivo militar. 

De los dos periodos de Juan Manuel Santos, como olvidar la mermelada. De la que untaron a Raimundo y todo el mundo. De esta manera el gobierno consiguió apoyos de distintas bancadas y sectores políticos. Imitando el proceder de su mentor, y contra el que afortunadamente se rebeló, adoptó la postura de que todo aquel que manifestará discrepancias contra las negociaciones que se adelantaban en la Habana, era considerado enemigo de la paz.    

Pues bien, todos estos vicios y defectos que se vieron desde 1998 hasta 2018, se ven en un solo gobierno, en el del que prestó su cuerpo a Uribe para que gobernara por medio de él. Este gobierno es altamente inepto y tiene muchos más vicios, unos cuantos de su propia autoría, sin embargo, en esta ocasión me interesa es resaltar los más visibles de los que de sus gobiernos antecesores. 

A mediados de febrero, el Eln decretó toque de queda, quemó vehículos, detonó explosivos, aunque, Duque, con su típico tono arrogante y sobrado, dijo que no permitiría la desestabilización. Están matando líderes sociales por montón. Número que no puede compararse con el de las víctimas mortales del robo de celulares; millones de colombinos tenemos celular mientras que los líderes sociales son unos pocos miles. Uribe nunca se enteró de los falsos positivos y Duque no tiene ni idea de lo que sucede en el país, “de que me hablas viejo”. Y con referencia a la mermelada, la untó a Cambio Radial, sin contar que enlisto en las filas del gabinete a personajes indeseables como Hassam Nassar y Juan Pablo Bieri.  

Aunque, en esta lista podría llegar también a incluirse el gobierno del que “todo fue a mis espaldas”. Esta fue la cínica respuesta de Ernesto Samper ante la posibilidad de que a su campaña hubieran entrado dineros del narcotráfico. Por lo que más se recuerda al gobierno del periodo 94-98, también sería un vicio de este gobierno, si se comprueba que en la campaña del ahora presidente hubo compra de votos con dineros de dudosa procedencia, según los miles de audios encontrados sobre el ‘Ñeñe Hernández’.

Copiando lo malo, difícilmente este gobierno podrá llevar al país a buen puerto. Y en este momento si que necesitamos un buen timonel. En términos de salud pública, el Covid-19 quizá sea el mayor reto de este país en toda su historia.