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Los cascos
El caso del uso del casco para la conducción de motocicleta es parecido al de las personas que utilizan bicicleta para ejercitarse o para ir al trabajo.
Sábado, 29 de Febrero de 2020

El 20 de marzo del presente año, vence el plazo para que las empresas que distribuyen cascos para conducir motocicleta, se acomoden a las nuevas directrices, emanadas por el Ministerio de Transporte por medio de la Resolución 0001080 de 2019, la cual se publicó al día siguiente como quiera que es su vigencia legal.

La misma, es el resultado de serios estudios realizados en varios países y por lo tanto, aquellos que se importaron o se fabricaron en nuestro país, y que no se ajusten a la nueva norma, no podrán ser comercializados.

La medida se tomó, habida cuenta de las debilidades de dichos elementos y según estudios del ente rector del transporte, se trata de reducir la muerte por accidentalidad en un 21% de los conductores de motocicleta y dadas las preocupantes cifras, se adoptó por un casco que ofrezca superiores condiciones de seguridad.

Los moteros deben saber, que la decisión del ministerio no significa que les queda prohibido usar los actuales cascos y mucho menos que pueden ser objeto de sanciones, aspecto que permitiría abrir la puerta a algunos uniformados que deshonran a la institución, interpretando la ley a su manera, sembrando duda en estos conductores, procediendo de manera irregular. 

Por otra parte, es muy probable que pase por lo menos una década antes que los propietarios de motocicleta compren los nuevos cascos (salvo algunos muy responsables) porque primero deben acabar las actuales existencias, comprando uno o dos y si llegaran a escasear, sencillamente aparecen los establecimientos que los reparan y “repotencian”, situación que dilataría aún más lo decidido por las autoridades. 

El caso del uso del casco para la conducción de motocicleta, es parecido al de las personas que utilizan bicicleta para ejercitarse o para dirigirse a sus sitios de trabajo.

Los deportistas, escogen de una oferta de cascos, aquel que se adapte a su bolsillo y además, proteja la parte del cuerpo más delicada cuando es sometida a fuertes impactos. El otro grupo, lo conforma el inmenso número de humildes trabajadores que utilizan la bicicleta como único medio de transporte, sin embargo, son los más atrevidos en las vías y quienes llevan la peor parte en cualquier accidente.

Concluyo, que la norma no mete en cintura a los verdaderos actores y por tal motivo llegará el año 2030 y aún veremos cascos modelo 2010, así como sucede con algunos propietarios de vehículos que le tuercen el pescuezo a la norma, cuando sus motores han cumplido su ciclo de trabajo hace más de veinte años y aún transitan por nuestras calles. 

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