La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
Los mamagallistas
Desde hace decenios ha existido la costumbre de tomar el pelo.
Viernes, 1 de Septiembre de 2017

Los colombianos, en especial los bogotanos, nos hemos distinguido por la utilización del buen humor para burlarnos de la cruel realidad de todos nuestros problemas. Hemos sido pioneros en una costumbre en la cual se destacaron personalidades de todos los estratos, que hicieron burla de los problemas, de la política, del hambre, de las necesidades, de los malos sueldos y de la rapacidad de las clases dirigentes. Somos, en palabras muy garcíamarquianas, magníficos ‘’mamadores de gallo’’. 

Desde hace decenios ha existido la costumbre de tomar el pelo. En mi niñez yo acompañaba a mi padre a las funciones en el teatro municipal, demolido para permitir la construcción del jardín del Palacio de Nariño, en donde se presentaban dos compañías inolvidables: la de Campitos y la de Luis Enrique Osorio, compadre de mi viejo con quien estuvo trabajando en Nueva York. Vi obras inolvidables, costumbristas, sobre temas de actualidad, que eran ridiculizados. Era humor político, bastante bueno, que incluía temas que luego se volvieron problema, en épocas de ’’bárbaras naciones’’, para llamar de algún modo  la hegemonía conservadora que se atornilló en el poder hasta que la fuerza de la democracia la sacó corriendo. 

Luego desapareció el teatro hasta que llegó la gran Fanny Mickey, quien se inventó el Festival Iberoamericano, que resucitó la actividad histriónica y le dio trabajo a la multitud de actores que deambulaban por Colombia, algunos de ellos, como el señor del Ubérrimo, dedicados a entretener al país nacional. De allá para acá surgieron centenares de compañías, que representan a los clásicos y a los nuevos, como los candidatos presidenciales sin votos. 

La última y más increíble manifestación del buen humor, víctima de los personajes nefastos que planearon el asesinato de Jaime Garzón, fue la lista de objetos que la guerrilla de las Farc ofreció para entregar a sus víctimas: incluía traperos, escobas y ceniceros, sin ningún valor, en obvio despliegue de tomadura de pelo, que sacó de quicio a toda la gente seria empezando por el fiscal Néstor Humberto Martínez, hijo de gran humorista desaparecido hace varios años y quien fuera víctima en varias oportunidades  de los gobiernos conservadores, que lo sacaron de la radio donde realizaba espacios como ‘’El Pereque’’, de orientación humorística antigobiernista. Así le paga el diablo a quien bien le sirve, diría mi madre, en el cielo desde hace 59 años. 

No fue bien recibido el descaro de la guerrilla, que confesó luego hasta carreteras en las que invirtió el producto del narcotráfico, los secuestros y la extorsión. Ya se conoció amplia lista de propiedades con las cuales se indemnizará a las víctimas de 60 años de guerra entre nosotros. Poco después de conocerse la lista real, los guerrilleros realizaron su primer congreso, como partido político, para iniciar su incorporación a  la legalidad. Significativamente, la reunión se cumplió en el mismo sitio en que sesionó la asamblea constituyente, que hizo posible la desaparición del movimiento subversivo y su nacimiento como partido político. Ojalá no ocurra lo que algunos tememos: que se reanude la guerra a causa de las fuerzas oscuras que siguen conspirando contra la paz y la convivencia. GPT    

Temas del Día