Desde hace décadas, la Secretaría de Tránsito de Cúcuta no ha tenido las mejores calificaciones en materia de procedimientos, agilidad de trámites e instalaciones, toda vez que en el sitio donde funcionaba, también estaban las demás autoridades de transporte y tránsito del orden nacional y por supuesto, en sus afueras, un nutrido grupo de personas dedicadas al trámite documental y pillos expertos en delitos relacionados con el tema.

Por fortuna, la experiencia del alcalde Rojas en dicha dependencia hace algunos años y la llegada de un funcionario dispuesto a mejorar el concepto de la ciudadanía respecto a dicha oficina, se propuso una renovación total, que concluyó en el traslado de las instalaciones, adecuándolas y modernizándolas en tecnología para cambiar la percepción de los usuarios en especial la de los concesionarios, que con justa razón exigen celeridad en los trámites.

Otra de sus iniciativas, apuntó al “pico y placa” en la cual se daba un trato preferencial a los vehículos matriculados en Cúcuta y tenía como propósito, estimular a las personas que tributan en la ciudad y además, reducir el número de vehículos que se movilizan en la malla urbana, los cuales generan precipitado deterioro. Por otra parte, mejorar los ingresos por concepto de matrícula inicial de vehículos como resultado de la medida restrictiva, induciendo a las concesionarias de automotores a realizar sus trámites en nuestra ciudad. 

El resultado no se hizo esperar; habían pasado tres días cuando los alcaldes de Los Patios y Villa del Rosario amenazaron con retirarse del Área Metropolitana, indignados porque la medida reduciría el ingreso de recursos derivados de la merma en trámites y, por tal motivo, el decreto se ajustó a los caprichos de los mandatarios de los entes citados.

Personalmente, creo que el alcalde Rojas debió “agarrarles la caña” y aceptar la separación, toda vez que los aportes anuales versus beneficios recibidos, se encuentran en franco desequilibrio a favor de los supuestos afectados; veamos por qué: El aporte anual de seis municipios es de 890 millones de pesos aproximadamente, de los cuales Cúcuta aporta el 68%. Por concepto de matrícula inicial de vehículos, Los Patios y Villa de Rosario reciben mucho más dinero que la misma Secretaría de Tránsito de Cúcuta y ni hablar de los ingresos por concepto de las injustas fotomultas, así otros quieran ponerle el nombre científico para distraer su macabro objetivo.

Pasados varios meses de la aplicación del pico y placa, puedo concluir que el lloriqueo de los alcaldes funcionó; que la medida restrictiva de la movilidad no ha tenido el resultado esperado al ceder el espacio vial para vehículos matriculados en otros municipios; que los personajes más críticos de la ciudad, prefieren pagar rodamiento en otros municipios diferentes a los sitios de residencia, los cuales en su mayoría son expertos en criticar el estado de la malla vial.

En conclusión, me pregunto: ¿Por qué lo concesionarios prefieren matricular en Los Patios o Villa del Rosario y no en Cúcuta? Algo debe estar sucediendo, porque a los vendedores tan solo les interesa que se realicen matrículas “express” y esa velocidad, puede destapar problemas en el mediano y largo plazo.