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No necesitas saberlo todo en la vida
El juego de la vida puede no ser fácil. Lo que si debes hacer, es hacerlo práctico desde la forma que decidas jugarlo.
Viernes, 15 de Junio de 2018

Lo verdaderamente sabio, es aprender a vivir la vida 

Si yo te propongo que la vida es fácil, con seguridad pensarás que yo no vivo en este mundo, y que esas ideas nos son reales ni coherentes para la existencia terrenal. 

Y puedo reconocer que la vida presenta circunstancias adversas, etapas difíciles, pruebas fuertes o retos inalcanzables.

Por eso te propongo pensar que la vida es un juego con todas esas condiciones. Dónde tendrás que convivir con personas que no piensan como tu, afrontar ataques, superar enfermedades, convivir con el dolor, resolver problemas, recibir acusaciones, convertirte en víctima de la injusticia, perdonar a tus agresores, aceptar los errores de tus hijos, estar presente en la debilidad de tus padres, aceptar tus canas, conocer tus vacíos. 

Todo eso hace parte del juego de la vida. Y ya estás en el terreno, ahora debes hacer lo mejor posible por jugarlo con toda entrega, con la mejor disposición, sacando fuerzas en los momentos de cansancio, planeando, entrenado, aprendiendo. 

El juego de la vida puede no ser fácil. Lo que si debes hacer, es hacerlo práctico desde la forma que decidas jugarlo. 

A esto le llamo SABIDURÍA; que es el arte de reunir las condiciones de la inteligencia, el discernimiento y la capacidad intelectual para juntarlas con la experiencia. 

En la sabiduría está la creatividad y el sentido común para encontrar soluciones acertadas y definitivas. 

En la sabiduría está la paciencia permitiéndole al tiempo jugar su rol de conductor, manejando momentos y espacios según el universo tenga a bien entregar lo pedido. 

Observar a nuestro alrededor y llenarse de serenidad con la naturaleza es buscar en ella su sabiduría. 

Esa que proviene de DIOS cuando con el soplo de la creación diseñó todo de manera tan perfecta que los ciclos naturales se complementan unos con otros. 

De la misma manera que la sabiduría animal funciona para evolucionar su sentido de protección y supervivencia, o la vegetación silvestre cuando se conjuga climáticamente para sincronizar los sistemas. 

Así como el mico sabe en que palo trepa, la liebre sabe escapar del zorro , la orquídea sabe en que planta quiere existir, o la madre, que sabe decir la cosas a sus hijos. 

En el buen uso de la palabra para conformar un mensaje constructivo está la sabiduría; y es de sabios también, utilizar el silencio para alimentar la mente de luz y expresar conceptos breves pero precisos. 

Sabiduría es el don de saber actuar, como discernir, a quien elegir, cuanto esperar, que decir, a que velocidad andar. 

Esta se recibe cuando se pide con fe, en oración, para tomar decisiones importantes en los diferentes roles que asumimos en la vida. 

Como padres para formar a nuestros hijos o como esposos para sacar adelante una crisis. 

Como profesionales para desarrollar proyectos empresariales o como miembros de una sociedad que necesita ideas de convivencia y cultura ciudadana. 

Esto, porque la sabiduría y la conciencia se interrelacionan con la moral y los valores, dando como resultado el buen juicio de una persona. 

La sabiduría no es el conocimiento, pero si es sabio valerse del conocimiento con inteligencia, reflexión y entendimiento para llegar a conclusiones que pueden ser la respuesta necesaria ante una circunstancia. 

Las vivencias muestran el camino de la verdad. Revisar los pasos dados y analizar sus propios resultados es símbolo de sabiduría. 

La sabiduría es como el maestro que se sienta a esperar al alumno para que aparezca cuando esté listo. 

Recuerda que el juego de la vida es fácil. Solo depende de ti, como quieras jugarlo. 

¡Hakuna Matata!

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