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Oportunidades que se pierden
Creo que en gran medida mucho de lo que nos pasa por estos días es producto de nuestra propia incapacidad.
Domingo, 23 de Febrero de 2020

Después de conocerse las circunstancias de la salida de Luis Miguel Morelli de la ANH, y de ver por  otro lado lo que por estos días sucede en el departamento, queda la impresión que lastimosamente se pierden oportunidades cuando alguien de la región llega a ocupar un cargo muy importante a nivel nacional, del que probablemente se podrían haber jalonado temas de fondo para el departamento, y se sale no de la mejor manera, y al final se terminan perdiendo posibilidades para una región que las necesita cada vez con más urgencia. 

Recuerdo que en alguna ocasión el exgobernador Edgar Díaz me invitó a una reunión en su despacho - por esos meses se hablaba de la posibilidad de crear una refinería en el Catatumbo - proyecto frente al cual no encontraba ingenieros de petróleos en la región. No se en que terminó el proyecto, si era viable o no, pero en todo caso nos suele suceder que lo que planeamos y más para una región como el Catatumbo, son proyectos que no se materializan. Perdemos oportunidades.

Tenemos mucho de responsabilidad de lo que nos sucede por estos días que finalmente es el resultado de un abandono no solo del gobierno, sino de la irresponsabilidad nuestra, y más en circunstancias en las que, si son ciertas las razones de la salida de Luis Miguel como lo señalara el Tiempo en su edición, en las que ni siquiera le pidieron la renuncia al funcionario, pues más preocupante para la región perder estas oportunidades.

Mucho de lo que sucede por estos días en el Norte de Santander, en inseguridad y violencia, en donde nos encontramos asediados por una guerrilla que hace muchos años perdió toda orientación y referente político, al lado de varios grupos que delinquen, que tienen a la región en pánico y zozobra en donde en muchas de sus poblaciones no es posible ya ni transitar,  era suficiente leer dos editoriales de esta semana de este medio en los que se reclamaba precisamente más presencia del Estado para una región, que casi como un reclamo, aún tratamos vanamente de esperar una respuesta del gobierno por haber sido una de las regiones que más votó por Duque. Venezuela se ha convertido “en un hotel para los elenos” era otra de las denuncias, pero lo cierto es que lamentablemente también perdemos oportunidades.

Este es un momento para reflexionar sobre nuestra clase política, su capacidad de enfrentar los problemas de la región y asumirlos como corresponde. Creo que en gran medida mucho de lo que nos pasa por estos días es producto de nuestra propia incapacidad, incluso desde la misma forma como pretendemos resolverlos: partimos de una idea equivocada, y es la de esperar que el Gobierno Nacional solucione muchos de nuestros graves problemas como si estuviéramos en las épocas de la colonia. ¿Porqué los “paisas” hicieron metro y hasta tranvía, los barranquilleros se ufanan de mostrar una ciudad pujante y hasta los bumangueses a punta de “madrazos” de un alcalde han logrado tantas cosas? Tengo la impresión que hace muchos años tomaron sus propias decisiones y se dieron cuenta que los tiempos de la colonia hace tiempos que pasaron. En todo caso, lamentable lo sucedido, porque hasta Duque podrá decir algo así como, “pero cómo que no les he cumplido. Y les nombré un funcionario en uno de los cargos más importantes del país…….” 
 
NOTA. Ya en otro contexto, que como si lo anterior no fuera suficiente con lo que sucede, los jueces que ahora también se encuentran en paro, que tampoco pierdan su oportunidad de reclamar con la protesta que hacen por estos días para que les paguen una prima y unos derechos laborales, porque según se lee, están solicitando que tengan en cuenta una sentencia de unificación del Consejo de Estado de septiembre de 2.019. Lo que los jueces no se han dado cuenta es que esa sentencia más que reconocerles un derecho integralmente - desde el momento en que se posesionaron como jueces como corresponde -  lo que hace es declarar una prescripción, y así únicamente les reconocerían apenas tres años. Es decir, esa sentencia más que reconocerles un derecho, es un “tumbe” Ese no es el camino. Que la rama judicial no pierda su reclamación, como por otro lado también las perdemos en la región.  

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