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Palabras para agradecer un homenaje
Hay que salir de las encrucijadas.
Domingo, 10 de Diciembre de 2017

El viernes 1 de diciembre (2017) el Gobernador del Chocó Johany Carlos Alberto Palacios Mosquera me impuso la condecoración Orden Rey Barule en su única categoría Gran Caballero, creada por la Asamblea del Departamento. En ese acto dije lo siguiente:

Amigos:

No soy un forastero, o un recién llegado. Provengo de este mismo territorio. Soy hijo de padres que nacieron aquí, como lo dijo en tono poético Walt Whitman. Es el espacio natural de mis ancestros y el escenario de muchas de las vivencias en mi recorrido por el tiempo.

Este acto de tanta generosidad para conmigo hace posible un reencuentro de afectos, que junta armónicamente el pasado con el presente y configura una relación existencial de identidad.

Doy gracias por esta oportunidad que me permite hacer pública una vez más mi querencia por el Chocó. Una querencia de reconocimiento a todo cuanto representa, pero también de denuncia por la subestimación con que se le ha tratado.

Es grande la deuda pendiente con el Chocó. La cual no puede seguir diferida con intención de olvido. Hay que exigir que se pague sin más aplazamiento a fin de que la población pueda tener las satisfacciones a tantas necesidades acumuladas.

Víctima de abusos, discriminaciones, saqueos, pobreza y violencia, el Chocó ha sufrido múltiples situaciones de adversidad, ante lo cual lo que importa no es agotarse en amarguras, ni generar más frustraciones o enlodarse en odios y revanchismos criminales. La tarea es crear. Poner la vida en la vertiente de mayor enaltecimiento.

Chocó impone el compromiso de respeto a su identidad étnica y cultural, de honradez para su correcta administración, de paz para no repetir la desgracia de las violencias y la barbarie ya consumadas, de querencias para la defensa y protección de sus recursos, de solución a los crónicos problemas que han creado una situación de opresión social colectiva, de acierto en el gobierno a fin erradicar todos los factores de degradación que se hicieron recurrentes. Es lo mínimo que se puede exigir como reparación a una comunidad víctima de tantos desatinos intencionales o por el desdén en el cumplimiento de la función pública.

Hay que salir de las encrucijadas que denuncia Arnoldo Palacios en su novela “Las estrellas son negras”. Hay que abrir el nuevo camino que haga posible el cumplimiento de derechos negados y el desarrollo de valores de enaltecimiento de un pueblo que ha sido llevado a la marginalidad a pesar de todas las posibilidades que pueden darle fortalezas.

Debo mencionar a Condoto, donde nací. Una porción con relieve en el conjunto del Chocó, donde la tierra, el agua y el oro podrían ser una fuente de felicidad si la codicia no hubiera impuesto su dominio.

Gracias, pues, por la condecoración que se me ha otorgado y la oportunidad del reencuentro con este adorable territorio.

Puntada

Es repetitiva la violencia contra los dirigentes defensores de derechos. Así ha sido con sindicalistas y campesinos. También con dirigentes de la Unión Patriótica y periodistas. Los criminales que defienden privilegios y abusos, como brazo armado del establecimiento no cesan en esa carrera de odios.

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