Existen representantes a la Cámara que sí hacen bien su tarea. Angélica Lozano, del Partido Alianza Verde, es una de ellas. Esta semana y gracias a la acción de cumplimiento que interpuso ante el Tribunal de Cundinamarca, los aportes de seguridad social en contratos de prestación de servicios, deberán descontarse a final de mes con cada pago que sea realizado al contratista. No como de forma injusta y precaria se viene haciendo: el contratista debe realizar el pago —endeudándose en la mayoría de los casos, claro—correspondiente al valor de sus aportes (28.5% de lo que se gana) como requisito para radicar la cuenta de cobro y, de esta forma, recibir el honorario mensual por sus servicios prestados. 

Y es que esta ha sido la historia de muchos de los que hemos laborado bajo la figura de una orden de prestación de servicios (OPS). Además de no gozar de derechos y garantías laborales como lo son las primas, cesantías, vacaciones o incapacidades; de cumplir, en muchos casos, con los elementos que configuran un contrato de trabajo (prestación personal del servicio, continuada subordinación y remuneración); de tener que esperar en cada enero a que el jefe de turno decida a quien contratar; y muchas, muchas otras, el contratista debía realizar el pago por adelantado de su seguridad social.

Hoy, los Ministerios de Hacienda, Salud y Trabajo, cuentan con cuatro meses para reglamentar la orden judicial. Y es que según la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el 62% de los trabajadores de entidades públicas en Colombia son contratados por medio de una OPS. Al respecto cabe recordarse que la Corte Constitucional ha prohibido mediante Sentencia C-614 las OPS, cuando el trabajador realiza funciones de carácter permanente y no excepcional —es decir, casi siempre, por no decir siempre—. 

Fíjense ustedes: uno de los grandes logros de los estigmatizados y violentados sindicatos de izquierda ha sido la consecución de los derechos laborales, derechos que hoy se siguen vulnerando y, que gracias a acciones como esta, se recuperan lentamente. Y bueno; hoy, como sabemos, los sindicatos de izquierda están más que satanizados. Es una lástima y un gran riesgo social y político que gracias a la ignorancia y desinformación que existe, la izquierda no sea protegida por las clases más vulnerables y trabajadoras. En otras palabras y como se ha afirmado últimamente: “el producto mejor terminado del capitalismo es el pobre de derecha”.

Y otra cosa: ¿recuerdan que hace un mes, en Twitter, el exprocurador Alejandro Ordóñez afirmó que la actual representante y futura senadora Angélica Lozano pedía “a los niños que se acuesten con sus amigos y a las niñas que se enamoren de otras mujeres”? Hoy se demuestra una vez más que la gente que se dedica a hacer bien la tarea en la política no vende homofobia, miedo, humo, castrochavismos, mentiras... La gente que se dedica a hacer bien las cosas en la política, se ocupa de las realidades de la gente. De las personas que trabajan y sus derechos. Del cumplimiento de la ley…

Votemos bien. No le apostemos al miedo; a las campañas de terror; a las maquinarias de siempre. Más que las Farc, más que la absurda y estúpida idea de que seremos como Venezuela, el gran problema de Colombia es la injusticia social y la histórica desigualdad. Por eso es vital apoyar partidos políticos que trabajan por un estado social de derecho, y darle la espalda a los que solo quieren perpetuar el poder de unos pocos.