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Petro y el regreso al pasado
Petro esquiva reconocer que la crisis venezolana es fruto del sistema de Estado que se implantó, y de la inmoralidad de sus gobernantes.
Sábado, 28 de Abril de 2018

Varios periodistas alaban la capacidad retórica del doctor Petro de distraer al interlocutor sobre los asuntos de fondo y eludir las preguntas comprometedoras sobre su real pensamiento y sus actuaciones públicas.

En varios reportajes, el candidato demuestra su habilidad para desviar el debate y centrarlo, por ejemplo, en ataques personales al doctor Alvaro Uribe Vélez. Regresando en el tiempo un cuarto de siglo, volvió a sacar el “refrito” de la masacre de El Aro cuando el ex presidente era Gobernador de Antioquia y sobre el cual se han hecho miles de afirmaciones no probadas.

Es, ese, un ejemplo de lo que Petro considera reconciliación entre los colombianos, además de amenazar con la JEP como instrumento de venganza contra sus adversarios al mejor estilo del Socialismo del Siglo XXI.

Cuando se analiza su ideario económico, es asombroso encontrar cómo sus planteamientos están llenos de sofismas y son francamente regresivos. Afirma que las producciones de petróleo y de carbón son dañinas para la economía colombiana y que han producido la “enfermedad holandesa”. Es decir que, por cuenta del ingreso de divisas por esas exportaciones, el precio del dólar se ha desplomado, y se ha arruinado la exportación de otros artículos. ¡Por Dios!

Esa es una tesis muy vieja que no aplica a Colombia porque lo que ha distorsionado totalmente nuestra la economía es el narcotráfico. Y lo que ha asfixiado a las empresas nacionales es la política tributaria que el actual gobierno ha aplicado, precisamente, para compensar la caída de los precios del crudo y la disminución de la producción colombiana. Y, de manera irresponsable, para sostener el improductivo gasto público.

Afirmar por parte del candidato que es necesario potenciar la producción agroindustrial no es nuevo porque esa ha sido la eterna prédica de políticos y economistas, pero, casi nunca, sin crear los instrumentos apropiados para incentivarlas de manera sostenible. Seguir con el manido discurso de dar la tierra a los campesinos, pero, sin crédito, sin asistencia técnica, sin canales de mercadeo, sin vías y sin condiciones de vida digna, es otro anticuado sofisma.

Asegurar que Colombia caería en una situación como la de Venezuela por una economía fundada en el petróleo es la más falaz de sus teorías. Primero, porque el régimen chavista despilfarró de una manera inmisericorde la riqueza de su país con la mayor corrupción conocida en América Latina; segundo, porque su estrategia es la de destruir la empresa privada para hacer depender a toda la población del gobierno; y, tercero porque, en un proceso demencial, el chavismo arruinó a PDVESA que había llegado a ser la empresa más poderosa del mundo.

Con estudiada astucia, el doctor Petro esquiva reconocer que la crisis venezolana es fruto del sistema de Estado que se implantó, y de la inmoralidad de sus gobernantes. El chavismo, que tomó a Venezuela con las reservas de hidrocarburos más grandes del mundo, con un territorio favorecido con enormes riquezas naturales, y con una gran estructura petrolera, hubiera podido convertirla en un paraíso mejor que el de los Emiratos Árabes. 

ramirezperez2000@yahoo.com.mx

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