Recientemente comentaba con algunos amigos la alternancia entre el ímpetu inicial y posterior desinterés de la administración municipal cuando se trata de hacer transitables las calles de la ciudad.
En el primer caso, vimos con agrado cómo el nuevo burgomaestre -no importa su color político porque una vez elegido lo fue para toda la ciudad y no para un sector de la misma- contrató en los años anteriores el reparcheo de algunas calles del centro de la ciudad y barrios circundantes, donde antes al transitarlas había que tener el cuidado recomendado por Yordano, el cantautor venezolano, en la composición que lleva el título de este artículo: “No te distraigas cuando caminas”.
Lástima grande que ese ímpetu inicial de la administración duró poco, por lo menos en la parte este de la ciudad, porque aún falta mucho por hacer en cuanto a arreglo total o simplemente reparcheo en barrios tradicionales como Quinta Oriental y Quinta Bosch, por ejemplo, donde “el pavimento indolente presenta su cuerpo cansado y sucio al continuo ajetreo de los carros de mula, carretas de frutas y rara vez de un automóvil;…”, como escribiera en 1944 Álvaro Cepeda Samudio en célebre artículo sobre una calle de la vieja Barranquilla. Claro que eso de “rara vez”, hoy, 74 años después, está superado por la cantidad ingente de vehículos.
Si Cepeda Samudio en 1944 achacaba el deterioro de las calles curramberas a los “carros de mula, carretas de frutas y rara vez un automóvil”, imagínese el lector cómo será hoy, en cualquier ciudad de Colombia, con tractomulas transitando por sus pobres calles, donde tengo entendido que está prohibido.
En el caso concreto de Cúcuta puedo mencionar, por vía de ejemplo, calles o puntos intransitables, como la esquina de la calle 5 con 8E, de Quinta Oriental y, exactamente a una cuadra, en la avenida 8E con calle 4, desde hace tres años dos cauchos alertan a peatones y conductores sobre la existencia de un bache. En la calle 0 entre 3E y 4E, de Quinta Bosch, los vecinos se quejan del deterioro de su pavimento, es decir, también presenta su “cuerpo cansado” y necesita, por lo menos, reparcheo.
Ahora bien, en la mal llamada “Calle del Burro”, la cual, cuando fue despejada y puesta al servicio de los cucuteños, no tuvieron la administración municipal y los contratistas la precaución de dejar los sumideros para dar salida al agua lluvia, y hoy, cuando se presentan aguaceros torrenciales, se forma una “laguna” enorme que tanto para peatones y vehículos pequeños es intransitable.
Por ello, es necesario apelar a la buena voluntad del señor Alcalde, para que proceda a hacer transitables estos puntos viales señalados y otros circundantes.
